Activistas antivacunas, comerciantes arruinados, conspiranoicos, defensores a ultranza del libre albedrío... todos alzan la voz en Europa contra las restricciones ligadas a la pandemia. Desde hace semanas, en el Viejo Continente se registran protestas de mayor o menor envergadura...
PUBLICIDADActivistas antivacunas, comerciantes arruinados, conspiranoicos, defensores a ultranza del libre albedrío... todos alzan la voz en Europa contra las restricciones ligadas a la pandemia. Desde hace semanas, en el Viejo Continente se registran protestas de mayor o menor envergadura contra las restricciones ligadas a la pandemia. Ciudades como Madrid, Berlín o Londres son escenarios habituales de este tipo de manifestaciones.
El sábado, al menos un millar de personas protestaron contra las vacunas y las medidas de confinamiento adoptadas por el Gobierno británico. Reunidos en la céntrica plaza de Trafalgar, los manifestantes denunciaron lo que algunos consideran que es una mentira global para someter a la población. Otros simplemente se oponen a los cierres de locales y establecimientos con los que se ganaban el sustento antes del estallido de la pandemia. Varias personas fueron detenidas. En este ambiente tenso, el Gobierno británico anunció que impondrá multas de 10.000 libras esterlinas, unos 11.000 euros, a quienes den positivo en los test del coronavirus y no respeten las medidas de autoconfinamiento.
También hubo protestas similares en Bucarest, la capital de Rumanía, un país que capeó con cierto éxito la primera ola de la COVID-19. Sin embargo, como en otros lugares en Europa, el número de nuevos casos se ha disparado, registrándose más de 1.700 a principios de semana, un récord desde que estalló la pandemia. Entre los manifestantes había muchas familias con hijos. Las clases comenzaron el pasado lunes de forma híbrida (en algunos lugares se dan a través de internet) y hay quien no está conforme con el hecho de tener que llevar mascarillas en las aulas.