Mientras, Eslovenia vuelve a batir un nuevo récord de infecciones.
Bucarest se confina al cruzar la línea roja de aumento de casos de COVID-19. Es decir, al registrarse más de tres casos por cada 1.000 habitantes durante las últimas dos semanas.
Se han cerrado escuelas, bares y restaurantes, cines y teatros en la capital rumana, durante al menos dos semanas. Además, la mascarilla es obligatoria en todos los espacios públicos.
El martes, Rumanía registró 3.400 nuevos positivos, por debajo de los máximos de más de 4.000 de la semana pasada, pero aún triplicando las cifras de hace un mes.
En las últimas 24 horas, han muerto 65 personas por la pandemia, con lo que el número total de fallecidos en Rumanía se acerca a los 6.000.
Eslovenia
Los contagios siguen disparados en Eslovenia, un país con dos millones de habitantes, donde desde la noche del martes rige un toque de queda, de las nueve de la noche a las seis de la mañana.
Este miércoles, se batió un nuevo récord de infectados, algo más de 1.503, tras el registrado el viernes, de casi 898. Son ocho los fallecidos en las últimas 24 horas, llevando el total a 200.
República Checa
Y la República Checa estrena desde este jueves nuevas restricciones, para las próximas dos semanas, como el cierre de comercios no esenciales.
Es el país con más contagios per capita de la Unión Europea, con casi 1.000 por 100.000 habitantes.
