Marruecos desmiente haber sufrido bajas en los supuestos ataques del Frente Polisario
Ardor guerrero en el Sáhara Occidental, donde el Frente Polisario prepara una guerra de baja intensidad contra el Reino de Marruecos. Los independentistas saharauis han dado por roto el alto el fuego después de que el Ejército marroquí lanzara el pasado viernes una operación para desbloquear el paso de Guerguerat, fronterizo con Mauritania.
Decenas de camiones han vuelto a transitar este fin de semana por la principal vía de comunicación terrestre entre Marruecos, Mauritania y Senegal tras permanecer tres semanas bloqueados por activistas saharauis, que protestaban contra la prórroga por un año más de la misión de paz de la ONU. La MINURSO arrancó en 1991 con el objetivo de organizar en un plazo de seis meses un referéndum. Pero la consulta nunca vio la luz debido a los desacuerdos entre Marruecos y el Frente Polisario sobre asuntos como quién debía votar, o la presencia de colonos y del Ejercito marroquí en la excolonia española.
Rabat desmiente haber sufrido bajas en supuestos ataques del Frente Polisario a lo largo de los más de 2.700 km del muro de seguridad que levantó Marruecos en los años ochenta del siglo pasado para evitar incursiones enemigas. Los yacimientos de fosfatos, los bancos de pesca y las supuestas reservas de petróleo del Sáhara Occidental quedaron del lado Marroquí. Del otro lado, desierto hasta las fronteras con Argelia, donde brotaron campos de refugiados saharauis.
El Reino de Marruecos cuenta el respaldo explícito de una decena de países. Los independentistas saharauis, con el apoyo tácito de Argelia. Mientras tanto, la ONU, la Unión Europea y la Unión Africana multiplican los llamamientos a la calma al reavivarse un conflicto al que no pudieron, no supieron o no quisieron darle solución en las tres décadas que llevaba congelado.