Los inquietantes moldes del Antiquarium de Pompeya

Los inquietantes moldes del Antiquarium de Pompeya
Derechos de autor Gregorio Borgia/Copyright 2021 The Associated Press. All rights reserved.
Derechos de autor Gregorio Borgia/Copyright 2021 The Associated Press. All rights reserved.
Por Beatriz Beiras con AFP
Compartir esta noticiaComentarios
Compartir esta noticiaClose Button
Copia/pega el link embed del vídeo de abajo:Copy to clipboardCopied

Pompeya sigue dando a la arqueología información sobre cómo era la vida en la ciudad del Imperio Romano hasta el año 79 después de Cristo, cuando la hecatombe cayó sobre ella y la barrió del mapa durante muchos siglos.

PUBLICIDAD

Viajar a la mítica Pompeya, solo basta traspasar el umbral del Antiquarium, recién abierto al público. Alberga estatuas de bronce, frescos, joyas de oro y plata; y un caja de hechicero, o quizás hechicera, con docenas de amuletos hechos de marfil, bronce, cerámica vidriada y ámbar, que claramente no fueron suficientes para proteger a la ciudad de la perdición.

El director del sitio arqueológico de Pompeya nos hace sentir la hecatombe que aniquiló la ciudad próxima a Nápoles, a los pies del volcán Vesubio. Massimo Osanna:

"Me parece especialmente conmovedora -dice- la última sala, la dedicada a la erupción, y donde se exponen los objetos que se deformaron por el calor de la erupción, los moldes de las víctimas, los moldes de los animales, realmente uno toca con la mano el increíble drama que fue la erupción del 79 d.C."

Ante el visitante del museo aparecen los inquietantes moldes. Se hicieron rellenando los huecos dejados por los cuerpos en las capas calcificadas de ceniza, fueron de habitantes de Pompeya, sorprendidos un día cualquiera que la erupción del Vesubio convirtió en fatídico.

Compartir esta noticiaComentarios

Noticias relacionadas

El renacer de Pompeya, el sitio arqueológico estuvo a punto de sucumbir por falta de mantenimiento

El Coliseo romano volverá a tener un suelo en la arena, tal y como fue originalmente

El hallazgo de una inscripción cambia la historia de la erupción en Pompeya