Más represión en Birmania, ignorando el llamamiento de la ONU

Nuevas manifestaciones prodemocracia en las calles de Birmania y más represión. Los antidisturbios utilizaron gases lacrimógenos y granadas aturdidoras en Rangún y Mandalay, al día siguiente de que la enviada especial de la ONU pidiera firmeza al Consejo de Seguridad para poner fin a la violenta represión. Desde el golpe militar del 1 de febrero, han perdido la vida medio centenar de personas. Más de 1.500 (1.522) han sido detenidas.
Testigo de la represión, Ann Roza Nu Tawng, una monja que a finales de febrero se plantó frente a los antidisturbios, en la norteña Myitkyina, para frenarlos. Ahora, acusa a las fuerzas de seguridad de golpear y matar a manifestantes:
"No hay nadie que proteja a la gente de Birmania. La gente tiene que defenderse y deben ayudarse los unos a los otros porque no podemos confiar en nadie. No es seguro. Las fuerzas de seguridad arrestan y golpean a los que no les agradan. Los matan".
La hermana Ann Roza asegura que está dispuesta a dar su vida para proteger a los demás.