Día Mundial del Sueño: vacunas contra la "coronasomnia", los problemas de sueño que trae la pandemia

Las pantallas, uno de los grandes enemigos de un sueño reparador
Las pantallas, uno de los grandes enemigos de un sueño reparador Derechos de autor Pixabay DanFa
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Por Rafael CerecedaFrancisco Marques
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Las restricciones, la falta de perspectivas claras de salida y la larga duración de la pandemia, que cumple un año, está pasando factura a nuestro sueño, uno de los pilares de la salud. Los expertos ya hablan de una pandemia de "coronasomnia" o "COVIDsomnia".

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Suena a título de película de terror y para algunos, lo es, pero en la vida real: la "coronasomnia" o "COVIDsomnia", los problemas de sueño que provoca la larga pandemia de COVID-19 se están extendiendo como otra pandemia dentro de la pandemia.

Hasta tal punto que la revista especializada Medscape, que analiza los términos clínicos más buscados y utilizados en las redes sociales cada semana, dedicó un artículo a la "coronasomnia" a principios de febrero.

Como cada año en el Día Mundial del Sueño (el 19 de marzo) los expertos prodigan sus consejos para dormir mejor y nos recuerdan que el sueño es uno de los pilares de la salud y que la falta de sueño provoca todo tipo de enfermedades y disfunciones del organismo. El lema de la jornada es "Un sueño regular para un futuro saludable":

Un estudio reciente recuerda que dormir mal daña el sistema inmune y por lo tanto nos hace más vulnerables también al coronavirus.

Curiosamente, los primeros estudios revelaban que el primer confinamiento mejoró nuestro sueño en al menos una hora. Sin embargo con la repetición y multiplicación de las restricciones, el aislamiento y los impactos económicos, cada vez más estudios detectan una verdadera epidemia de insomnio y problemas de sueño.

En torno al 40% de los pacientes según los estudios declara que desde las restricciones de la pandemia duerme peor y entre el 60% y el 70% que no tiene un sueño satisfactorio o reparador. El problema es que esta situación lleva a muchos a recurrir a somníferos. Según los diferentes estudios entre el 20% y el 30% de las personas han recurrido a pastillas para dormir.

La coronasomnia no afecta a todos por igual. Según el estudio "Escalada de los trastornos del sueño en medio de la pandemia de COVID-19: un estudio internacional transversal" del Journal of Clinical Sleep Medicine, uno de los más consistentes, las mujeres están más expuestas a insomnio de la pandemia. Estar en cuarentena es otro factor agravante así como la edad (de 31 a 45 años), la reducción de la actividad física y el impacto económico de las restricciones.

El informe concluye que "los cambios impuestos por la pandemia han provocado un aumento de las personas que declaran tener problemas de sueño en todo el mundo". Los autores llaman a profundizar las investigaciones para detectar y tratar los grupos sociales más susceptibles de sufrir estos trastornos "es decir, las mujeres y las personas con medios de vida inseguros sometidas al aislamiento social".

En la revista Nature se publicó una pista interesante de por qué las restricciones afectan a nuestro sueño. Según los autores los cambios de hábitos ligados a la pandemia pero también la reducción de la exposición a la luz del día por los encierros tienen un fuerte impacto en nuestro reloj biológico.

En la India, un estudio ha detectado que la coronasomnia tiene un impacto importante también entre los niños hiperconectados mitigado en parte por la costumbre de celebrar rituales y cantar mantras antes de irse a dormir.

Otra rama de la coronasomnia, aún muy desconocida, son los efectos de la propia infección por COVID-19 en el sueño. Un estudio en China revelaba que casi un tercio de los pacientes de un hospital de Wuhan presentaba problemas para dormir seis meses después de haber superado la enfermedad. Podría añadirse a la larga lista de síntomas del misterioso "COVID largo".

¿Cómo vacunarse contra la coronasomnia?

Los expertos recuerdan que los somníferos deben considerarse como un último recurso, ya que entre otros problemas pueden provocar addición, y siempre deben obtenerse bajo control médico.

Entrevistada por euronews, la neuróloga del Centro de Medicina del Sueño portugués Teresa Paiva explica que la calidad del sueño depende mucho de las actitudes personales "Aquellos que tienen actitudes negativas, que dicen 'estoy harto de esto, no puedo más, esto es lo peor que me ha pasado', son [las personas] que tienen peor calidad de sueño. Es la irritabilidad [asociada a la pandemia]. Hemos definido un índice de calamidad y cuanto peor es este índice, peor es la calidad del sueño". En cambio, "las personas con comportamientos positivos, como la jardinería, las actividades manuales, aprender cosas, salir de casa, divertirse, descubrir cosas, escuchar música o escribir, tienen una calidad de sueño mucho mejor", subraya.

"Salir una hora al día no es malo siempre que se salga por la mañana y se tome el sol. Puede recibir mucho sol en la ventana. El problema es que en casa la gente puede tener comportamientos positivos, pero también muchos negativos", advierte Teresa Paiva.

Entre las conductas más negativas con impacto en el descanso, el neurólogo destaca "pasar el día en la cama, no hacer nada, pasar el día viendo la televisión o en las redes sociales o el teléfono móvil". "Son comportamientos muy negativos", reforzó.

Los consejos para dormir mejor no son diferentes de los habituales fuera de tiempo de pandemia pero son quizás más difíciles de cumplir:

  • Mantener una rutina de horarios ayuda al cuerpo a prepararse para el sueño

  • Evitar las pantallas en las horas previas a acostarse

  • Practicar ejercicio físico suficiente

  • Evitar comidas copiosas o de digestión difícil antes de acostarse

  • Evitar sustancias excitantes como el alcohol, el tabaco, la cafeína o los azúcares

  • Recurrir a técnicas de gestión de estrés y las preocupaciones

  • Dormir en un entorno agradable, oscuro y fresco

  • Si tenemos problemas de sueño, es mejor limitar o evitar las siestas durante el día

La forma en que gestionamos nuestro descanso y tiempo libre, aunque no estemos en un contexto de pandemia, repercute en nuestra salud y capacidad mental, y Teresa Paiva nos recuerda que la responsabilidad de luchar contra este virus no es sólo de los dirigentes políticos.

"La elección de una buena calidad de vida, del sueño y del bienestar es también una responsabilidad individual. No sólo el Estado tiene esta obligación. El Estado tiene la obligación de vacunarnos, pero nosotros también tenemos una responsabilidad con nuestra propia salud", defendió la neuróloga.

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En España el Ministerio de Sanidad aboga por todo un abanico de estilos de vida saludables que van a mejorar la calidad de nuestro sueño, siguiendo el lema de este Día Mundial del Sueño 2021: "Un sueño regular para un futuro saludable".

Consejos del Instituto de Neurociencias Aplicadas (Argentina)

Consejos del Hospital General de Massachusetts

Consejos de la Clínica Mayo

Los expertos apuntan a que cada vez más los ciudadanos están "desconectando" de las informaciones ligadas a la pandemia, debido a la fatiga del coronavirus. Esto puede ser positivo para aliviar la ansiedad y el estrés siempre que no se convierta en "olvidarse de la pandemia" y renunciar a las medidas básicas de protección.

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Por otra parte, algunos especialistas recuerdan eso sí, que los problemas de sueño ya eran una pandemia importante antes incluso de la pandemia de coronavirus. En general las personas más expuestas a la "coronasomnia", son las que ya tenían problemas de insomnio y malos hábitos de sueño antes de la pandemia.

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