Crece la preocupación en Bosnia ante el aumento de los contagios por coronavirus en los campos de refugiados. El país por sí mismo enfrenta altas tasas de mortalidad y de infección, siendo uno de los más golpeados por la pandemia en los Balcanes.
Crece la preocupación en Bosnia ante el aumento de los contagios por coronavirus en los campos de refugiados. El país por sí mismo enfrenta altas tasas de mortalidad y de infección, siendo uno de los más golpeados por la pandemia en los Balcanes.
Varias instalaciones han sido puestas en cuarentena después de registrar 147 casos de COVID en un solo campamento en las últimas dos semanas. La dura cuarentena impuesta por el Gobierno ha provocado también que los migrantes abandonen los campamentos.
"Eso es lo que nos preocupa, hay un gran número de migrantes que han dado positivo en COVID-19 y que se encuentran fuera de los centros, por lo que no podemos hacer seguimiento médico. No tenemos ninguna responsabilidad médica sobre ellos y sabemos que ponen en peligro la salud de nuestros ciudadanos", declaró Nermina Cemalovic, funcionaria regional de Sanidad en el Cantón de Una-Sana.
Más de 6.000 migrantes están bloqueados en este país tratando de llegar a la vecina Croacia. La mayoría están en centros de asilo oficiales, pero muchos duermen en casas abandonadas o en tiendas de campaña improvisadas a lo largo de la frontera.
En Rumanía, el centro de acogida para migrantes en la ciudad de Timisoara fue cerrado después de registrar 17 casos de coronavirus. Este tipo de instalaciones están abarrotadas, aunque todavía hay decenas de migrantes que esperan ser alojados. La Policía de Fronteras registran nuevos ingresos cada día.
El líder de la comunidad musulmana de Timisoara donó medicamentos y envió alimentos. Pero estas buenas acciones no logran sostener a los miles de migrantes que buscan refugio durante la pandemia.