"Solo me preocupa mi seguridad", dice la atleta bielorrusa Krystina Tsimanouskaya

La atleta bielorrusa Krystina Tsimanouskaya sigue refugiada en la embajada de Polonia en Japón, a la espera de viajar a Varsovia este mismo miércoles. La acogida que el gobierno polaco ha dado a esta deportista, a la que ha concedido un visado humanitario en un tiempo récord, ejemplifica el amplio respaldo que el país centroeuropeo está dando a la disidencia bielorrusa.
Tsimanouskaya, que participaba como velocista en los Juegos Olímpicos, ha explicado en una entrevista qué la llevó a pedir asilo antes de subirse al avión en el que iba a ser repatriada.
"Me dejaron claro que al volver a casa me esperaba algún tipo de castigo. Y que si me negaba a volver y corría la carrera de 200 metros, me echarían del equipo nacional. También insinuaron de forma poco disimulada que me pasaría algo peor", asegura.
Tsimanouskaya pidió protección a la policía del aeropuerto de Tokio, tras explicarles que las autoridades bielorrusas trataban de forzar su repatriación.
La atleta recibió ofertas de asilo de dos países, República Checa y Polonia. Ella eligió la de Varsovia, que incluye la garantía de que podrá seguir con su carrera deportiva.
"Me gustaría mucho seguir corriendo porque solo tengo 24 años y tenía planes para participar en al menos otros dos Juegos Olímpicos -explica-. Aunque en este momento solo me preocupa mi seguridad".
Mientras tanto, el Comité Olímpico Internacional mantiene su cautela y sigue son posicionarse, mientras investiga el caso y consulta a las partes implicadas.