¿Cómo las dudas sobre las vacunas han frenado el rápido despliegue de vacunación en Serbia?

La gente espera en la cola para recibir la vacuna COVID-19 durante la vacunación en el centro improvisado de la Feria de Belgrado, Serbia, el lunes 25 de enero de 2021
La gente espera en la cola para recibir la vacuna COVID-19 durante la vacunación en el centro improvisado de la Feria de Belgrado, Serbia, el lunes 25 de enero de 2021 Derechos de autor AP Photo
Por Slavica Tuvić
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El proceso de vacunación en Serbia se ha ralentizado a medida que el escepticismo sobre las vacunas se ha ido apoderando de la población. Tras un rápido despegue se ha estancado el proceso con la mitad de la población aún sin vacunar.

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Hace tan sólo seis meses, Serbia se felicitaba por su rápido despliegue de vacunas, que en febrero fue el segundo más rápido de Europa.

Gracias a los abundantes suministros de las vacunas de Pfizer, AstraZeneca, la rusa Sputnik y la china Shinopharm, se adelantó a los países de la UE. De hecho, Serbia estaba en una posición tan fuerte que incluso empezó a ofrecer vacunas a los habitantes de la frontera con Croacia, Macedonia del Norte, Montenegro, Albania y Bosnia y Herzegovina.

Pero ahora las dudas sobre las vacunas están frenando el progreso de Serbia.

Entre el 23 de enero y el 23 de febrero, Serbia puso más de 1,1 millones de vacunas, hasta el 22 de julio, se administraron 400.000 vacunas.

La tasa de vacunación por habitante de Serbia era la segunda, después de la del Reino Unido, a principios de año. Ahora la mayoría de los países de la UE la han superado.

Las últimas cifras muestran que el 49% de la población serbia ha recibido una dosis de la vacuna.

Escepticismo ante la vacuna

La desconfianza hacia la vacuna COVID en algunas partes de Serbia ha llegado a tal punto que en algunos centros los extranjeros superan a los locales.

Es el caso de la ciudad sureña de Nis, según Milorad Jerkan, director de un centro de salud. Dijo a Euronews que en un día de julio se vacunó a 520 extranjeros, frente a 480 serbios.

La situación fue muy diferente a la de principios de año

"Todos podemos recordar las colas cuando la vacuna llegó por primera vez", señala Darija Kisic Tepavcevic, del Centro de Crisis de Serbia.

"Hoy, no hay aglomeraciones en ningún punto de vacunación. Tardamos 10 días en subir un uno por ciento. El ritmo se ha ralentizado mucho en comparación con la cantidad de vacunas de que disponemos, pero también en relación con la investigación que ha demostrado hasta ahora que las vacunas son potentes y eficaces."

En las principales ciudades de Belgrado, Nis y Novi Sad se ha superado el umbral del 50% de vacunación, pero hay lugares en los que la tasa de inmunización es preocupantemente baja: en el municipio sureño de Tutin sólo se ha vacunado al 13,92% de la población. La mejor situación se da en los municipios del centro de Belgrado, donde el porcentaje ha alcanzado casi el 75%.

Aunque la lentitud de las tasas de vacunación se debe en parte a la temporada de vacaciones, la razón principal es una clara desconfianza en las vacunas. La gente cree que "hay algo detrás" y eso ha polarizado a la sociedad. Rara vez las familias enteras están de acuerdo.

Médicos antivacunas

No es sólo en las redes sociales donde se ven los extremos pro y antivacunas. Algunos médicos muestran su desconfianza en ellas y aparecen con frecuencia en televisión. Llegan a decir que "el coronavirus no existe" y que "las vacunas COVID envenenan a la gente para beneficio de algunos grupos de interés".

En una protesta contra las restricciones de COVID en marzo, en la que participaron unos cientos de personas, se denunció que la vacunación formaba parte de un "plan de despoblación" de las potencias mundiales. La concentración se celebró en la Plaza de la República de Belgrado y ninguno de los asistentes llevaba máscarilla ni respetó la distancia física. Los que están en contra de la vacunación creen que provoca esterilidad.

El epidemiólogo Dr. Zoran Radovanovic, de la Asociación Unidos contra el Covid, culpa a las autoridades de descuidar la educación de los ciudadanos y de permitir que se difunda información errónea sobre las vacunas a través de las redes sociales y a menudo en la televisión.

"La atención se centró en la obtención de las vacunas y se ignoró la educación", dijo Radovanovic a Euronews. "En todos los institutos de salud pública hay unidades de educación sanitaria y, en este caso, no han hecho su trabajo. Se esperaba que averiguaran cómo acercarse a los jóvenes, que hicieran una campaña en las redes sociales, donde los jóvenes son los más activos. Eso no ha ocurrido".

La batalla para que los jóvenes se vacunen

Es sobre todo en el grupo de edad joven donde la vacunación es más baja. En el grupo de 18 a 30 años, el 18,4% se ha vacunado, frente a cerca del 70% en el grupo de más de 65 años.

"Hemos perdido una oportunidad", declaró a Euronews Mirsad Djerlek, secretario de Estado del Ministerio de Sanidad de Serbia.

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"Con la temporada de vacaciones, la gente parece haberse olvidado de la vacunación. Nuestra tarea es encontrar nuevos modelos para animar a los ciudadanos durante el verano".

Djerlek cree que la solución pasa por ideas creativas: por ejemplo, ofrecer a los vacunados descuentos o entradas gratuitas para conciertos, bonos de viaje, pero también educarles sobre el propio coronavirus.

"Las investigaciones han demostrado que alrededor del 60% de los jóvenes dudan en vacunarse. Debemos aprovechar la oportunidad para explicarles que vacunándose se protegerán a sí mismos, pero también a los demás", añadió Djerlek.

Uno de los intentos de conseguir que los jóvenes se vacunen fue la organización de dos famosos festivales: el Arsenal de Kragujevac y el EXIT de Novi Sad. Los visitantes -en su mayoría jóvenes y procedentes de Serbia- tenían que presentar un certificado de vacunación, un certificado de haber tenido ya la COVID o un test negativo.

Decenas de miles de personas acudieron a uno de los dos festivales, pero ni las medidas restrictivas para entrar en los conciertos, ni el hecho de tener que desembolsar unos 75 euros por una prueba de PCR, y algo menos por una prueba de antígeno, motivaron a los jóvenes a vacunarse.

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Serbia, además de ofrecer a los ciudadanos la posibilidad de elegir entre cuatro vacunas, ha intentado ofrecer otros incentivos para que se vacunen.

En marzo, se ofreció a los serbios 25 euros para que se vacunaran. En otro intento se regalaron vales de compra en un centro comercial a las 100 primeras personas vacunadas.

Serbia teme un otoño incierto

La principal razón por la que el estancamiento de la vacunación preocupa a los expertos es la propagación de la cepa Delta en Serbia, que está aumentando el número de pacientes en un 20% cada semana. Esto sugiere que una nueva ola epidémica ya ha comenzado en este país, y la experiencia del periodo anterior sugiere que estará en pleno apogeo en aproximadamente un mes y medio.

Así pues, ya se han tomado medidas de prevención en el Centro Clínico Universitario de Kragujevac, pero también en las instituciones sanitarias de Leskovac, Nis y Pirot, donde se ha recibido un aviso del Ministerio de Sanidad para que todos los empleados que no se hayan vacunado contra el COVID-19 se sometan a una prueba a su cargo antes de volver al trabajo tras una ausencia de más de siete días. La decisión ha provocado una revuelta entre los profesionales sanitarios no vacunados, en gran parte debido al coste de la prueba de 75 euros, que supone un gasto importante.

Aparte de que la mitad del país aún no se ha vacunado, Serbia también tiene previsto introducir una tercera dosis de la vacuna para proteger mejor a los ciudadanos de la enfermedad en otoño. El Organismo Nacional de Inmunización ha llegado a un acuerdo de principio sobre la administración de una dosis adicional a los ciudadanos vacunados cuya inmunidad se haya visto mermada por otras enfermedades, principalmente las autoinmunes, los sometidos a terapia inmunosupresora, así como los pacientes con órganos trasplantados. Se recomendará una dosis adicional a los mayores de 80 años que padezcan alguna enfermedad, pero también a los ciudadanos algo más jóvenes que padezcan enfermedades cardiovasculares y no hayan desarrollado anticuerpos.

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Sin duda, Serbia afrontará la cuarta ola mejor preparada, pues ya se han construido dos hospitales COVID en Belgrado y Krusevac, y se está construyendo un tercero en Novi Sad, que estará terminado en otoño. Esto aumentará la capacidad de los hospitales COVID a 3.000 camas, lo que significa que no se repetirá la situación del pasado otoño, cuando el sistema sanitario estuvo a punto de colapsarse.

La directora del nuevo hospital Covid de Batajnica, la Dra. Tatjana Adzic Vukicevic, afirma que, como cualquier trabajador sanitario, está preocupada por el futuro inmediato y por lo que puede ocurrir si no nos vacunamos más ampliamente.

"Tenemos este privilegio único de disponer de suficientes tipos y cantidades de vacunas y deberíamos utilizarlo", dijo la doctora Adzic Vukicevic a Euronews.

Los epidemiólogos afirman que la inmunidad colectiva requiere la vacunación del 70% de los ciudadanos adultos, idealmente el 80%. En la actualidad, este es un objetivo que será difícil de alcanzar en Serbia.

Fuentes adicionales • Juan Carlos de Santos (versión en español)

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