El jurista siciliano de 80 años ha obtenido los 505 votos necesarios para la mayoría absoluta tras seis días de bloqueo político y ocho rondas de votación. La elección ha creado divisiones internas y evidenciado el fracaso del diálogo político
Ha costado ocho rondas de votación, pero el presidente de la República de Italia, Sergio Mattarella ha logrado el consenso y repetirá un segundo mandato en el cargo.
El jurista siciliano de 80 años ha obtenido los 505 votos necesarios para la mayoría absolutatras seis días de bloqueo político que se han roto este sábado con una larga ovación.
El actual mandato de Mattarella concluye el 3 de febrero y pese a haber indicado que quería jubilarse, ha respondido a la responsabilidad de gestionar a la grave crisis social que ha dejado la pandemia. Según ha dicho, "estas condiciones nos imponen no rehuir los deberes a los que estamos llamados y, naturalmente, deben prevalecer sobre otras consideraciones y diferentes perspectivas personales con el compromiso de responder a las expectativas y esperanzas de nuestros conciudadanos".
El Senador Vincenzo Presutto, del Movimiento 5 estrellas, ha recalcado que el presidente "representa la máxima garantía personal, es útil para avanzar en la actividad del Gobierno en la fase crítica para nuestro país por varias razones: la crisis económica, la pandemia, la realización del Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia y también tener la certeza de convertirse en punto de referencia político central en Europa en tiempos de crisis geopolítica que se podría desencadenar - esperemos que no - entre Rusia y Ucrania".
Al frente del Gobierno, Mario Draghi seguirá liderando la recuperación económica. Draghi se había ofrecido como nuevo presidente, pero su designación habría exigido nombrar a otro jefe del Gobierno capaz de mantener unida a la heterogénea coalición actual, y esto no ha sido posible.
Divisiones internas
La elección de Mattarella ha evidenciado el fracaso de los partidos políticos para dialogar y encontrar puntos de convergencia. No todos han apoyado la candidatura de Sergio Mattarella. De hecho, esta elección ha creado divisiones dentro de los partidos y sobre todo dentro del centro-derecha. Habrá que ver cómo puede afectar esto al Gobierno en los próximos meses.
El líder del PD, Letta, había defendido al actual primer ministro, Draghi, como mejor opción, pero la Liga, Forza Italia y el M5S lo habían rechazado, argumentando que debe seguir su labor en el Ejecutivo en un año relevante, pues Italia ha iniciado el camino de la recuperación económica tras la pandemia y debe demostrar a Bruselas que cumple con las reformas pactadas para recibir ya en 2022 casi 46.000 millones de euros, de los 191.500 millones podrá obtener de fondos europeos hasta 2026.
La coalición de derechas, formada por Forza Italia, Hermanos de Italia y la Liga, había propuesto varios candidatos que fueron rechazados por la izquierda y el viernes se estrelló en el Parlamento con la propuesta de la presidenta del Senado, Maria Elisabetta Alberti Casellati, que sacó incluso menos votos que los que conforman la alianza conservadora, lo que desató una crisis entre los socios por saber quién se había desmarcado de la línea pactada.
Esta alianza tripartita sale duramente dañada tras estos días, pues la líder de Hermanos de Italia no ha ocultado públicamente sus discrepancias con Salvini por la elección de Mattarella y Forza Italia ha señalado que a partir de ahora actuará con independencia.
Salvini, que tomó las riendas de la negociación por parte de la derecha, lanzó el viernes la idea de que la Jefatura del Gobierno fuera ocupada por una mujer, algo que no ha ocurrido nunca en la historia del país y que respaldó Conte, y entonces uno de los nombres que cobró entonces fuerza fue el de la actual jefa de los servicios secretos del país, Elisabetta Belloni.
Pero fue tildada de "inaceptable" por el exprimer ministro Matteo Renzi y también este sábado el diputado de Forza Italia, Antonio Tajani, reconoció que su formación preferiría un perfil político.