Los civiles rezan para que haya tormentas que eviten el desembarco del enemigo ruso en la costa.
Voluntarios de la ciudad ucraniana de Odesa, a orillas del mar Negro, están reuniendo ayuda para los soldados ucranianos y miembros de las Fuerzas de Defensa Territorial y rezan para que haya tormentas que eviten el desembarco del enemigo ruso en la costa.
Por el momento realizan cadenas humanas para llenar la mayor cantidad posible de sacos de arena, que servirán para atrincherar la ciudad.
Lejos de la costa, las estaciones de tren están colapsadas. Cientos de personas buscan salir de la ciudad antes de que empiece la ofensiva. Sin embargo, otros prefieren quedarse para luchar.
"Estoy aquí para proteger la ciudad. Estoy ayudando a cocinar y a llenar los sacos de arena y a limpiar. Allí está mi casa.... tenemos que defenderla... ¡así nos han criado!", dice Julia, una voluntaria.
Voluntarios y ONG de la ciudad de Lviv (Leópolis), en el oeste de Ucrania, están envolviendo estatuas, vidrieras y otros monumentos culturales de la ciudad con láminas protectoras de espuma y plástico para protegerlos de laos bombardeos.
"Sabes, se necesita tiempo para llegar a Lviv, las tropas no llegarán rápido. Pero cuando se trata de un pequeño ataque nuclear, creo que Lviv podría ser un objetivo", dice Khristina Gorbachevska, una jubilada y residente de Lviv
Entre tanto, el ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, pidió este sábado al secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, más suministros de armas y nuevas sanciones contra Rusia.
Las Fuerzas Armadas de Rusia han entrado esta semana en Jersón, situada junto al río Dniéper y a orillas del mar Negro, y asegura controlar varias ciudades en la costa del mar de Azov, aunque aún no controlan Mariúpol, principal puerto de ese mar interior, pero que está atacando con fuerza.