Tiene una capacidad de transporte anual de 10.000 millones de metros cúbicos de gas y pretende ayudar a Varsovia a reducir su dependencia del gas ruso, que ahora supone la mitad de su consumo
La maquinaria vuelve a ponerse en marcha en Dinamarca para continuar la construcción del gasoducto Baltic Pipe.
Suspendido en mayo de 2021 por la revocación de un permiso medioambiental, el proyecto se ha reanudado tras recibir un nuevo permiso.
La tubería de 900 kilómetros que conectará Polonia con los yacimientos de gas noruegos, tiene una capacidad de transporte anual de 10.000 millones de metros cúbicos de gas y pretende ayudar a Varsovia a reducir su dependencia del gas ruso, que ahora supone la mitad de su consumo.
Pese al retraso, está previsto que el gasoducto esté plenamente operativo el 1 de enero de 2023.
"Tenemos una buena cooperación con todos los contratistas para dar un acelerón y hacer todo lo posible para respetar el calendario. Por supuesto, también para tener el gas en el sistema danés, pero sobre todo para ayudar al sistema de nuestros buenos vecinos y amigos polacos", asegura el director del proyecto Søren Juul Larsen.
Ante la necesidad acuciante en Europa de diversificar los suministros de gas tras la invasión rusa de Ucrania, está previsto que el gasoducto Baltic Pipe cubra el 50% del consumo de Polonia, que pondrá fin a su contrato con el gigante ruso Gazprom en 2022.