El cierre de una fábrica de Abbot el pasado mes de febrero ha originado una importante falta de estos productos a este país.
Un enorme cargamento de leche para bebés, procedente de la Unión Europea, llegaba este miércoles por la noche a Pensilvania, Estados Unidos.
El envío, cortesía de Nestlé, llegaba a tierras estadounidenses con la intención de ayude a aliviar en lo posible la actual escasez de este producto en este país.
Todo ello tras el cierre el pasado mes de febrero de una fábrica del grupo farmacéutico Abbot, cuyas condiciones fueron consideradas por las autoridades de "insalubres". La inspección tenía lugar a su vez tras el obligado retiro masivo de múltiples productos sospechosos, después de la desgraciada muerte de dos bebés.
Desde Abbot, presentaban este miércoles "sinceras disculpas" a todos aquellos que desde hace meses hacen frente a esta importante escasez de leche en polvo. "Lo sentimos profundamente y nos comprometemos a asegurar que una escasez como esta no se vuelva a repetir", decía Christopher Calamari, director ejecutivo de Abbott Nutrition frente a una comisión del Congreso, en Washington.
Calamari destacó igualmente que desde Abbot "seguimo creyendo que no hay ninguna prueba concluyente para relacionar nuestros productos" con las enfermedades infantiles y los fallecimientos por la bacteria cronobacter sakazakii, encontrada en la fábrica de Abbott en Sturgis, Michigan.
AFP.
