En Ventanillas todavía sufren las consecuencias del vertido de petróleo de enero, que les ha dejado sin medio de subsistencia.
Unas redes rebosantes de peces. Ese es el milagro que cientos de peruanos han pedido este año a San Pedro, su santo patrón.
Los pescadores del barrio de Chorrillos, en Lima, dejaron de lado sus tareas cotidianas para participar en una procesión en su honor.
"Nosotros le veneramos, ¿para qué? Para que haya más pesca. Eso es lo que queremos, porque en los últimos días no ha habido mucha pesca", cuenta Marcos Herrera, pescador.
Día triste en Ventanillas
En toda la costa peruana hubo celebraciones este miércoles, pero no fue un día feliz para los pescadores de Ventanillas, unos 30 kilómetros al norte de la capital. Allí todavía sufren los efectos de un derrame de petróleo, ocurrido en enero, que los dejó sin su fuente de ingresos.
"Para ser honesto, desde el vertido de petróleo, los tiempos han sido difíciles. Prácticamente, no tenemos cómo sustentarnos. Algunos están buscando trabajos alternativos. Lo que hacíamos era pescar, era nuestra vida, como bucear. Ahora estamos buscando la manera de mantener a nuestras familias", explica Kiefer Taboada, pescador y buzo.
Los pescadores de Ventanillas han pedido a San Pedro aguas más limpias.
El vertido que cambió sus vidas ocurrió durante la descarga de crudo del buque de bandera italiana Mare Doricum a una refinería de Repsol. 11.900 barriles de crudo cayeron en aguas cercanas a Lima, causando el "peor desastre ecológico" en la historia de Perú.