La oposición negocia un Gobierno de transición para Sri Lanka

Srilanqueses se bañan en la piscina de la residencia presidencial
Srilanqueses se bañan en la piscina de la residencia presidencial Derechos de autor Eranga Jayawardena/AP
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Por Euronews en español
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Miles de personas siguen en las calles y en la residencia presidencial sin que los soldados desplegados intervengan. Presidente y primer ministro anunciaron que dimitirán el próximo miércoles.

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Incertidumbre en Sri Lanka, mientras los partidos de la oposición se reúnen par acordar un Gobierno de transición.

Dimisiones y esperanza

Se desconoce el paradero del presidente Gotabaya Rajapaksa y del primer ministro Ranil Wickremesinghe, que anunciaron que dimitirían el próximo miércoles. Cinco ministros han abandonado su puesto desde el comienzo de la revuelta. 

Rajapaksa aseguraba en un comunicado que ha ordenado la inmediata distribución de gas para cocinar, por lo que por el momento continuaría en el poder.

Mientras, los soldados desplegados en la capital Colombo observan, pero no intervienen.

Las miles de personas que tomaron las calles y la residencias presidencial —probando su gimnasio, camas y piscina — han asegurado que seguirán allí hasta que Rajapaksa se marche de verdad.

"En los últimos seis meses la gente ha sufrido colas", comenta uno de ellas. "La gente está en las colas para conseguir gasolina, para conseguir gas. Pero ahora tenemos esperanza".

Negociando con el FMI

Según algunos políticos opositores, no tendrían dificultades en conseguir los 113 diputados necesarios para una mayoría parlamentaria.

Sri Lanka, camino de la bancarrota, vive una de sus peores crisis económicas desde su independencia en 1948.

Wickremesinghe, nombrado el pasado mayo, mantenía conversaciones cruciales con el FMI para conseguir un plan de rescate y con el programa mundial de alimentos para evitar una crisis alimentaria. Su gestión iba por el buen camino, según los analistas.

Con una deuda de 51 000 millones de dólares que el país no puede pagar, la industria del turismo bloqueada por la pandemia y el miedo al terrorismo, una moneda que perdió el 80% de su valor, la escasez de combustible y una subida de un 60% del coste de los alimentos, la indignación social es notoria en el país desde tiempo.

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