El fracaso de la reunión celebrada el pasado jueves entre los dos países puso de manifiesto la dificultad de llegar a un acuerdo y obligó a la OTAN a desplegar la Fuerza Internacional de Seguridad
La tensión entre Serbia y Kosovo sigue en aumento tras las declaraciones de Vucic. El fracaso de la reunión celebrada el pasado jueves entre los dos países puso de manifiesto la dificultad de llegar a un acuerdo y obligó a la OTAN a desplegar la Fuerza Internacional de Seguridad.
El presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, elevaba el tono este domingo en un discurso emitido por televisión: "No habrá columnas de refugiados y salvaremos a nuestro pueblo de la persecución y los pogromos si la OTAN no quiere hacerlo, si las fuerzas de la KFOR no quieren hacerlo".
La mediación del alto representante para asuntos exteriores y política de seguridad de la UE, Josep Borrell, no logró que se llegase un acuerdo entre ambos países. Las tensiones entre Serbia y Kosovo se dispararon de nuevo el mes pasado, cuando el gobierno kosovar declaró que los documentos de identidad y las matrículas de los vehículos serbios dejarían de ser válidos en el territorio de Kosovo. Una medida que Serbia lleva aplicando a la inversa diez años. Kosovo se independizó de Serbia en 2008, y ni España ni gran parte de la comunidad internacional reconocen su independencia.