El país funde material de grupos armados en un proceso que lleva ocurriendo desde principios de los años 90.
Colombia transforma las evidencias de la violencia en esperanza para los más desfavorecidos. Unas 30.000 armas incautadas a grupos ilegales serán transformadas, después de pasar por un proceso de fundición, en elementos para levantar construcciones. Un proceso de las Fuerzas Armadas que tendrá lugar en el departamento de Boyacá
"Son armas que están e poder de delincuentes, de diferentes categorías, y pelambres, esas armas hoy se recogen y una vez fundidas, pasan a ser acero de construcción que se va a llevar parte de eso a vivienda de interés social", asegura José Joaquín Amezquita Garcia, almirante del Ejército.
El armamento requisado, entre el que hay revólveres, carabinas o ametralladoras, también pertenece a delincuentes comunes y el proceso, según Amezquita, es "es virtuoso, transformamos como dice la empresa, armas en esperanza, y es la esperanza que se le lleva a la gente que va poder ser beneficiaria de estas viviendas de interés social."
Desde 1992, las autoridades del país sudamericanos han destruido más de 600.000 armas cuyos restos se han utilizados para monumentos de memoria histórica, obra civil o viviendas sociales..