A última hora se ha conformado el encuentro con el Presidente Xi Jinping, una audiencia por la tarde que indica la mano tendida al diálogo.
Con las relaciones entre Estados Unidos y China en su nivel más bajo en décadas, el viaje de Antony Blinken a Pekín está cargado de simbolismo.
El Secretario de Estado de EE.UU. se ha reunido con el máximo responsable de la diplomacia china, Wang Yi, jefe de la Comisión de Asuntos Exteriores del Partido Comunista de China (PCCh), al inicio de su segundo día de misión para calmar las tensiones.
Antes, matuvo cinco horas de conversación con el ministro chino de Asuntos Exteriores, Qin Gang. El encuentro fue calificado de "franco" y "constructivo".
Blinken insistió en la necesidad de la diplomacia y de mantener "abiertos los canales de comunicación".
Pekín, por su parte, se comprometió a construir una relación estable y predecible entre los dos Gobiernos.
Pero hay cuestiones clave en las que las dos partes son polos opuestos. Entre ellas, la cuestión de Taiwán. A EEUU le preocupa la actividad militar china en torno a la isla y su negativa a condenar a Rusia por su invasión de Ucrania, mientras Pekín acusa a Washington de intentar contener sus ambiciones imponiendo controles a la exportación de tecnología avanzada y persiguiendo acuerdos de seguridad con aliados en la región.
A última hora se ha conformado el encuentro con el Presidente Xi Jinping, una audiencia por la tarde que indica la mano tendida al diálogo.