Más de 100 países prohíben el uso de estas bombas en virtud de la Convención sobre Municiones de Racimo, debido a su triste historial de víctimas civiles.
Varios aliados de Estados Unidos han expresado su preocupación por la decisión de Joe Biden de enviar a Ucrania las más que polémicas bombas de racimo.
Se trata de municiones que dispersan o liberan pequeñas cargas explosivas diseñadas para estallar antes, durante o después del impacto.
Más de 100 países, entre ellos España, Francia y Alemania, prohíben el uso de estas bombas en virtud de la Convención sobre Municiones de Racimo, debido a su triste historial de víctimas civiles. Estados Unidos, Rusia y Ucrania son por su parte contrarios a la prohibición.
Desde Gobiernos como el de España, la posición es clara, como recordaba ya en campaña electoral la ministr de Defensa, Margarita Robles:
"España, partiendo del compromiso firme que tiene con Ucrania, tiene también el compromiso firme de que determinadas armas y bombas no pueden ser enviadas en ningún caso".
A las puertas de la cumbre de la OTAN
Desde el Gobierno alemán recuerdan igualmente que, si bien Ucrania hace en efecto uso de esta munición, lo hace para proteger a su propia población civil. "Debemos recordar que Rusia ya ha utilizado municiones de racimo a gran escala en una guerra ilegal de agresión contra Ucrania", subrayó sobre el asunto Steffen Hebestreit, portavoz del Gobierno alemán.
Reino Unido es otro de los países en contra del uso de bombas de racimo. Su primer ministro Rishi Sunak se reune este lunes con Biden en Londres, antes de la cumbre de la OTAN.
Será muy probablemente en esta cita donde el mandatario estadounidense deba responder a los aliados sobre por qué Estados Unidos envia un arma a Ucrania que más de dos tercios de los miembros de la Alianza han prohibido usar.