Cinco soldados israelíes murieron y otros 14 resultaron heridos en un ataque de militantes palestinos contra una fuerza del batallón Netzah Yehuda en Beit Hanoun, en el norte de la Franja de Gaza, en una zona presumiblemente peinada con anterioridad.
El Ejército israelí anunció el martes por la mañana que cinco soldados murieron y otros 14 resultaron heridos, algunos de gravedad, en una operación llevada a cabo por militantes palestinos el lunes por la noche en Beit Hanún, en el norte de Gaza, descrita como uno de los ataques más complejos y violentos desde el estallido de la guerra.
Según los medios de comunicación hebreos, el ataque comenzó con la detonación de un artefacto explosivo colocado al paso de un vehículo blindado militar que transportaba soldados del batallón Netzah Yehuda, seguida del ataque directo a un robot de campaña cargado de munición mediante un misil antiblindaje durante el proceso de preparación. La operación no se limitó a la primera fuerza, ya que la unidad de rescate israelí que acudió al lugar de los hechos fue objeto de intensos disparos, que causaron más heridos e interrumpieron el proceso de evacuación.
Según los medios de comunicación israelíes, el sonido de la explosión se escuchó en la cercana ciudad de Ashkelon, mientras que los informes indicaban que uno de los heridos era un oficial superior del Ejército. En un primer momento se informó de la desaparición de soldados, pero más tarde se anunció que se habían encontrado sus cuerpos carbonizados en el lugar del ataque.
Las primeras investigaciones difundidas por 'Radio IDF' revelaron que la fuerza formaba parte de un doble movimiento de dos batallones para "sanear" la zona. Las averiguaciones mostraron que una unidad del 97º Batallón Netzah Yehuda se desplazaba a pie cuando detonaron dos artefactos explosivos improvisados activados por control remoto en una emboscada "bien ejecutada". La investigación reveló que elementos armados abrieron fuego posteriormente contra los equipos de rescate, lo que provocó más heridos y obligó al ejército a enviar refuerzos para evacuar a los soldados heridos bajo el fuego.
El método de ejecución se describió como una táctica utilizada anteriormente por Hamás en operaciones similares en los últimos meses. El ataque suscitó interrogantes en los círculos militares y mediáticos israelíes, sobre todo porque la zona atacada se encuentra en el norte de la Franja de Gaza, que es una de las zonas que se suponía estaban bajo pleno control sobre el terreno tras las repetidas operaciones militares llevadas a cabo por el ejército israelí en los últimos meses.
Por su parte, las Brigadas Al-Qassam, brazo militar de Hamás, publicaron un post en la plataforma Telegram, en el que subrayaban que "el prestigio del ejército de ocupación será destruido", y añadían: "Los funerales y cadáveres de soldados enemigos se convertirán en un acontecimiento recurrente mientras continúe la agresión".
En la primera reacción política, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, declaró que "nuestros soldados sacrificaron sus vidas en la batalla para derrotar a Hamás y liberar a todos los rehenes". Por su parte, el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, pidió el regreso de la delegación negociadora israelí de Doha, en referencia a las conversaciones indirectas en curso para discutir un alto el fuego y el intercambio de prisioneros, con mediación internacional.
Esta evolución sobre el terreno se produce tras las recientes declaraciones atribuidas a un alto cargo de seguridad de Hamás, quien afirmó en una entrevista con la 'BBC' que el movimiento ha perdido cerca del 80% de su capacidad para imponer su control en la Franja de Gaza, citando el "colapso casi total de la estructura de seguridad" y la creciente influencia de grupos armados locales que llenan el vacío. Sin embargo, el atentado de Beit Hanún puede poner en duda la exactitud de estas estimaciones y el resultado de la batalla militar en curso.