Durante la guerra de 12 días y durante el ataque a Teherán, un caza F-15 del país sufrió un mal funcionamiento en el sistema de combustible y requirió un aterrizaje de emergencia, pero la respuesta oportuna de los militares y el envío inmediato del avión de repostaje impidieron que esto sucediera.
Según el informe, uno de los tanques de combustible de la aeronave sufrió una avería técnica durante las operaciones cerca de Teherán, lo que impidió el acceso al combustible requerido. Como resultado, el piloto se encontró con una grave escasez de combustible mientras realizaba operaciones en las profundidades del territorio iraní. Además, a diferencia de las misiones anteriores de la Fuerza Aérea de Israel, la operación no desplegó un avión de transporte de combustible por adelantado.
Sin embargo, después de identificar el problema, el piloto lo anunció de inmediato y el Ejército israelí envió rápidamente un avión de suministro de combustible al lugar. El avión llegó al caza a tiempo y el F-15 israelí pudo evitar un aterrizaje de emergencia en territorio iraní realizando operaciones de reabastecimiento de combustible en avión.
En el posterior ataque estadounidense sí que se utilizaron desde el primer momento este tipo de aeronaves cisterna para los B-2. Se estaba considerando otro plan de emergencia para estos casos en el ataque inicial israelí, que habría incluido un aterrizaje de emergencia en el vecino Irán, informó el 'Jerusalem Post'.
El 'Canal 12' de Israel informó que Tomer Barr, comandante de la fuerza aérea del país, dijo antes de lanzar ataques contra Irán, conocidos como la Operación León Naciente, que según la evaluación interna del Ejército israelí, era probable que 10 cazas fueran derribados debido al desempeño de las defensas aéreas de Irán.
En reuniones informativas secretas de las FDI se había planteado esa evaluación calificándola de riesgo operacional. Sin embargo, según los medios de comunicación israelíes, ninguno de los combatientes del país cayó durante la guerra de 12 días.