Sus disculpas no convencieron al juez de instrucción, que ha ordenado la prisión preventiva para la máxima autoridad religiosa del Monasterio de la Gran Cueva, en Kalávrita.
Un abad ortodoxo de un monasterio en Grecia ha sido acusado de participar en el robo y venta ilegal de antigüedades religiosas. Junto a sus presuntos cómplices, cinco hombres y una mujer, permanecerá en prisión preventiva hasta que se celebre el juicio. Entre los objetos que intentaban colocar en el mercado figuran 17 iconos bizantinos y dos evangelios del siglo XVIII.
Los seis detenidos, que según la Policía han admitido su implicación, enfrentan cargos por pertenencia a organización criminal, malversación, ocultamiento de patrimonio y tráfico de bienes culturales.
La operación tuvo lugar el pasado lunes en Kalávrita, en el Peloponeso, donde agentes arrestaron al sacerdote y a su asistente. Según las autoridades, el abad pedía alrededor de 200.000 euros por las piezas sustraídas.
Los iconos y los textos religiosos habían sido robados en una zona de Esparta aún no precisada. La captura se produjo gracias a una agente encubierta que se hizo pasar por compradora interesada. El Ministerio de Cultura griego está evaluando los hallazgos para determinar su valor histórico y económico.