La librería infantil Pati de Llibres de Sant Cugat, provincia de Barcelona, amaneció con pintadas que la acusaban de ser "sionista" y "cómplice del genocidio". La Comunidad Judía de Barcelona ha condenado este ataque que considera un atentado contra la convivencia y el respeto.
La librería infantil Pati de Llibres, ubicada en Sant Cugat del Vallès, se convirtió el miércoles en el blanco de un ataque vandálico que ha despertado la preocupación de las autoridades y organizaciones sociales. Las pintadas aparecieron en la fachada y escaparate del establecimiento, acusándolo de ser "sionista" y "cómplice del genocidio", acompañadas de una bandera palestina.
La propietaria del negocio, Mont Soler, confirmó los hechos a través de su cuenta de Instagram, expresando su "rechazo más profundo" ante lo ocurrido. Soler subrayó que el ataque no se dirige únicamente contra su librería, sino "contra los valores de convivencia y respeto" que siempre ha defendido. La librera insistió en que su establecimiento "no es un espacio de confrontación política", sino un lugar de "encuentro cultural y comunitario, donde todo el mundo es bienvenido".
Condena institucional y avance europeo del antisemitismo
La Comunidad Judía de Barcelona (CJB) emitió un comunicado condenando enérgicamente el ataque, calificándolo como un acto que va más allá del vandalismo comercial. "Este ataque no es solo contra una librería de referencia, sino también contra los valores de convivencia, respeto y pluralidad que tienen que caracterizar nuestra sociedad", señaló la organización.
El incidente ha generado comparaciones con casos similares en Europa, como el ocurrido recientemente en Flensburg, Alemania, donde el propietario de una tienda colocó un cartel que rezaba "los judíos no son bienvenidos aquí". Este caso causó indignación nacional y fue calificado por el comisario de Antisemitismo alemán, Felix Klein, como "antisemitismo en estado puro".
La doctora en Derecho Elena Ramallo denunció en redes sociales que "están marcando los negocios de los judíos como la Alemania nazi", alertando sobre la necesidad de no permitir que "la historia se repita".
Apuesta por el diálogo frente al odio
Desde la CJB expresaron su solidaridad con Mont Soler y reiteraron que "el antisemitismo y cualquier forma de intolerancia no tienen cabida en Sant Cugat, ni en Cataluña, ni en ninguna parte". La organización agradeció la rápida respuesta del Ayuntamiento para limpiar las pintadas y subrayó que "la mejor respuesta a este tipo de ataques es continuar apostando por los libros, por la palabra y por el diálogo".
Por su parte, Soler reafirmó su compromiso de mantener la librería como "un espacio abierto, seguro y respetuoso, donde la cultura y la palabra sean instrumentos de diálogo y no de odio". La propietaria concluyó ratificando el compromiso de su establecimiento "con los libros, los niños y toda la comunidad", independientemente de "su raza, religión, etnia o género".
El episodio pone de manifiesto la preocupante escalada de actos discriminatorios en Europa y la necesidad de mantener una vigilancia activa para proteger los espacios de convivencia y diálogo intercultural.