Una protesta antiinmigración en La Haya, a la que asistieron cientos de personas, se tornó violenta el sábado cuando los alborotadores se enfrentaron a la policía, incendiaron un coche y destrozaron la oficina de un partido político.
Manifestantes de extrema derecha se enfrentaron el sábado a la Policía antidisturbios en La Haya, en una manifestación contra la inmigración a la que asistieron cientos de personas y que se tornó violenta.
Los manifestantes, muchos de ellos vestidos de negro y ondeando banderas holandesas y banderas asociadas a grupos de extrema derecha, lanzaron piedras y botellas contra la Policía e incendiaron uno de sus vehículos patrulla. La Policía, a su vez, utilizó gases lacrimógenos y un cañón de agua para dispersar a la multitud.
Los manifestantes también bloquearon brevemente la autopista y destrozaron la oficina del partido político de centro-izquierda D66, rompiendo varias ventanas, según informaron los medios de comunicación locales.
"Escoria. Mantened vuestras manos fuera de los partidos políticos", escribió en X el líder del partido, Rob Jetten. "Si creéis que podéis intimidarnos, mala suerte. Nunca dejaremos que nuestro hermoso país sea arrebatado por alborotadores extremistas".
"Impactantes y extrañas imágenes de violencia desvergonzada en La Haya", escribió en X el primer ministro provisional holandés, Dick Schoof, que calificó de "completamente inaceptables" los ataques a la Policía y a la oficina del D66 y expresó su confianza en que la Policía y los fiscales detengan y procesen a los autores. "Siempre hay lugar para las manifestaciones, nunca para la violencia", concluyó.
Cientos de personas se habían reunido el sábado en el Malieveld de La Haya después de que una joven, conocida como 'Els Rechts' (se traduce como "El derecho"), hiciera un llamamiento en las redes sociales para protestar contra la inmigración y exigir leyes de asilo más estrictas. Tras los enfrentamientos, 'Els Rechts' denunció rápidamente la violencia desatada.
"Supuse que la gente venía a manifestarse pacíficamente, pero desgraciadamente, por la razón que sea, ha resultado muy diferente", escribió en X, añadiendo que no habría organizado la manifestación de haber sabido su resultado.
La protesta se produce semanas antes de que Países Bajos celebre elecciones anticipadas el 29 de octubre, después de que el Gobierno del país se hundiera cuando el líder del ultraderechista Partido por la Libertad (PVV), Geert Wilders, retirara a sus ministros por desacuerdos sobre la política migratoria. Wilders, que había declinado la invitación a intervenir en la manifestación, condenó la violencia por "inaceptable".