El legislador de la Agrupación Nacional (RN) Jean-Philippe Tanguy dijo que su propuesta de ley permitiría a las trabajadoras del sexo en Francia ser "emperatrices en su reino".
El partido de extrema derecha francés, Agrupación Nacional (RN) quiere reabrir los burdeles gestionados directamente por profesionales del sexo. Según Jean-Philippe Tanguy, diputado del RN, el partido se dispone a presentar al Parlamento un proyecto de ley que recomienda la reapertura de los burdeles, prohibidos en Francia en 1946, como cooperativas gestionadas por profesionales del sexo.
El político declaró al diario 'Le Monde' que la líder del partido, Marine Le Pen, respaldaba el proyecto de ley. "Las trabajadoras del sexo serían emperatrices en su reino", declaró Tanguy a la emisora de radio 'RTL'. La prostitución en sí es legal en Francia, aunque los burdeles, el proxenetismo y la venta de sexo por parte de menores son ilegales.
Una ley de 2016 aprobada por el Partido Socialista del entonces presidente François Hollande despenalizaba la prostitución, pero castigaba a los clientes de las trabajadoras del sexo con una multa de 1.500 euros.
Tanguy dijo que la legislación había hecho más precaria y peligrosa la vida de las trabajadoras sexuales al llevar el oficio a la clandestinidad mediante la criminalización de los clientes. "Reciben palizas, a veces las degüellan, y nadie habla de ello. (El sistema actual es el colmo de la hipocresía burguesa", declaró a 'Le Monde').
Sin embargo, varias asociaciones de trabajadoras del sexo y ONG han criticado el plan de Tanguy". Recrear lugares donde se encierra a seres humanos, sólo para satisfacer las necesidades sexuales de hombres considerados irreprimibles, no, eso es inimaginable", declaró a 'Le Monde' Delphine Jarraud, del grupo de apoyo a las trabajadoras del sexo Amicale du Nid.
Al parecer, también existe una fuerte oposición debido a la línea dura del partido contra la inmigración y al hecho de que se calcula que la mayoría de las trabajadoras del sexo en Francia no tienen la nacionalidad francesa.
En toda Europa, el debate sobre cómo abordar el trabajo sexual lleva décadas abierto, especialmente desde principios de la década de 2000, cuando los Países Bajos empezaron a regular la prostitución. En 2022, Bélgica se convirtió en el único país de Europa que despenalizó el trabajo sexual, mientras que Países Bajos, Alemania y Austria tienen algún tipo de prostitución legalizada.