El joven de 24 años, que tiroteó el domingo en Sídney junto con su padre a una multitud que celebraba Janucá, que murió más tarde, se enfrenta a cargos de terrorismo y asesinato, entre otros. Continúan las investigaciones sobre los vínculos de los Akram con el Estado Islámico.
La Policía australiana ha imputado 59 cargos, entre ellos terrorismo y asesinato, a uno de los dos terroristas que mataron a 15 personas el pasado domingo en la playa de Bondi, en Sídney, durante la celebración de Janucá.
La masacre fue perpetrada por padre e hijo, Sajid y Naveed Akram, el primero abatido por agentes de Policía que acudieron al lugar de los hechos y el segundo, un hombre de 24 años, que sigue hospitalizado y acaba de despertar del coma.
Akram fue procesado por cada uno de los 15 asesinatos y acusado de 40 intentos de asesinato, según funcionarios del tribunal encargado del caso, informó 'The Guardian'.
Según las autoridades locales, a juzgar por las pruebas reunidas hasta ahora en la investigación y difundidas por los medios israelíes, ambos invocaron al Estado Islámico para su acto, habían jurado lealtad al ISIS.
Mientras tanto, cientos de personas se congregaron en la ciudad para asistir a los primeros funerales de las víctimas del atentado de Bondi Beach, donde dos asaltantes abrieron fuego durante las celebraciones de la festividad judía de Janucá.
El primer adiós fue para Eli Schlanger, de 41 años, marido y padre de cinco hijos, que era rabino asistente en la organización que organizó el evento de Janucá junto al mar.
Todas las víctimas identificadas hasta ahora eran judías y más de 20 personas siguen hospitalizadas con heridas de bala.