Brasil terminó el año con una contracción del 3,8 por ciento, más aun de lo previsto por los analistas y en lo que supone la mayor recesión del país
Brasil terminó el año con una contracción del 3,8 por ciento, más aun de lo previsto por los analistas y en lo que supone la mayor recesión del país desde 1990. En 2014, la principal economía latinoamericana ya creció solo una décima y las cifras oficiales del instituto nacional de estadística la sitúan ahora como la peor entre el club BRICS de los países emergentes.
Precisamente, el líder de ese club China está en parte en el origen de este retroceso porque su economía se ralentiza a su vez y provoca la caída de los precios de las materias primas de los cuales depende Brasil como país exportador. Pero los casos de corrupción y la crisis política en el país también contribuyen a la mala situación actual.