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Euroviews. Europa no puede permitirse otra crisis de austeridad

La gente compra artículos por un euro en una tienda del centro de Atenas, julio de 2015
La gente compra artículos por un euro en una tienda del centro de Atenas, julio de 2015 Derechos de autor AP Photo/Euronews
Derechos de autor AP Photo/Euronews
Por Lucie Studničná
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Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no representan de ninguna manera la posición editorial de Euronews.
Este artículo se publicó originalmente en inglés

Los europeos piden liderazgo, no cobardía. No es el momento de soluciones rápidas ni de enfoques antiguos. Para que la UE siga el ritmo de la escena mundial y se establezca como una fuerza internacional fuerte, dar marcha atrás no es una opción, opina Lucie Studničná, representante de sindicatos.

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A principios de abril, casi todos los Estados miembros de la Unión Europea firmaron la Declaración de La Hulpe, junto con las instituciones de la UE y los representantes de la presidencia belga del bloque comunitario, como una fuerte señal de la importancia de la política social y el pilar europeo de derechos sociales.

Sin embargo, hace apenas unos días, el Parlamento Europeo ratificó un nuevo conjunto de normas fiscales que el Consejo de la UE aprobó en el pasado mes de diciembre, lo que indica un preocupante regreso a las medidas de austeridad.

Si recuerda, cuando los Gobiernos de toda Europa recortaron los presupuestos, recortaron los servicios. En general, hicieron la vida más difícil para todos. Por eso, muchos ciudadanos están alarmados por este cambio de política.

Las restricciones fiscales empeorarán las cosas

Concretamente, las normas fiscales requerirán que los Gobiernos mantengan los déficits presupuestarios y la deuda pública por debajo del 3% y el 60% del PIB, respectivamente. Sin embargo, esas normas adoptan un nuevo enfoque y dividen a los países en grupos de riesgo alto, medio y bajo.

Los países de alto y mediano riesgo deben reducir su deuda, o déficit. Entretanto, se espera que los países de bajo riesgo mantengan los niveles de deuda por debajo del 60%, y los déficits por debajo del 3%.

Con Europa haciendo frente a una crisis del coste de la vida, una crisis climática y un auge de los movimientos antidemocráticos, no cabe duda de que estas restricciones fiscales empeorarán las cosas
Un manifestante sostiene un cartel en el que se lee «stop austeridad» durante una manifestación contra las medidas de austeridad en Bruselas, en diciembre de 2023.
Un manifestante sostiene un cartel en el que se lee «stop austeridad» durante una manifestación contra las medidas de austeridad en Bruselas, en diciembre de 2023.AP Photo/Sylvain Plazy

Según este nuevo enfoque, los Estados miembros con una ratio de deuda pública superior al 90% deben reducir su deuda en un punto porcentual del PIB cada año. Los países de la UE con una ratio de deuda de entre el 60% y el 90% deben reducir su deuda en 0,5 puntos porcentuales al año.

Según un estudio de la Confederación Europea de Sindicatos y la Fundación Nueva Economía, para que todos los Estados miembros puedan satisfacer sus necesidades de inversión pública social y ecológica, se necesitarían entre 300.000 millones y 420.000 millones de euros adicionales al año (entre el 2,1 y el 2,9% del PIB de la UE). Con estas normas fiscales en vigor, solamente tres países (Dinamarca, Suecia e Irlanda) pueden permitirse este nivel de inversión.

Con Europa haciendo frente a una crisis del costo de la vida, una crisis climática y un aumento de los movimientos antidemocráticos, no hay duda de que estas restricciones fiscales empeorarán las cosas.

¿Qué quieren los europeos?

No sorprende que los efectos de estas múltiples crisis representen una preocupación central para los europeos.

En una nueva encuesta del Eurobarómetro, cuando se les pregunta acerca de sus principales prioridades, los ciudadanos señalan la lucha contra la pobreza y la exclusión social, la mejora de la atención médica y la creación de empleo. Sin embargo, las nuevas normas fiscales impedirían que Europa invirtiera en programas sociales, hospitales y acción climática, exactamente lo que la gente está pidiendo.

En un mundo que se digitaliza rápidamente, tenso desde el punto de vista geopolítico y cada vez más competitivo, la UE, simplemente, no puede permitirse adoptar políticas que restrinjan la inversión pública, y ahoguen el progreso económico y social
Manifestantes corean consignas durante una concentración contra la austeridad en Atenas, en junio de 2018.
Manifestantes corean consignas durante una concentración contra la austeridad en Atenas, en junio de 2018.AP Photo

En un principio, las normas fiscales se suspendieron para permitir un gasto con un elevado déficit, durante la pandemia de COVID-19, y más tarde, tras la crisis energética provocada por la guerra de Rusia contra Ucrania. Sin embargo, aunque los impactos más brutales de esas crisis se vayan desvaneciendo gradualmente en el pasado, todavía estamos en el 'ojo del huracán'. Ahora no es el momento de dar marcha atrás.

Sabemos por experiencias pasadas que la austeridad conduce a una mayor desigualdad y, al mismo tiempo, obstaculiza el crecimiento económico.

En un mundo que se digitaliza rápidamente, tenso desde el punto de vista geopolítico y cada vez más competitivo, la UE, simplemente, no puede permitirse adoptar políticas que restrinjan la inversión pública, y ahoguen el progreso económico y social.

Otro dato interesante de la última encuesta del Eurobarómetro es que más de ocho de cada 10 europeos (el 81%), consideran que votar es más importante que nunca debido a los desafíos geopolíticos actuales. Además, el 73% de los ciudadanos de la UE afirma que las decisiones de la UE afectan directamente a su vida cotidiana.

No hay una solución rápida para el valor

Esto envía un mensaje claro: los europeos piden liderazgo, no cobardía. No es el momento de soluciones rápidas ni de enfoques antiguos. Para que la UE siga el ritmo de la escena mundial y se establezca como una fuerza internacional fuerte, dar marcha atrás no es una opción.

Con la proximidad de las elecciones europeas, una afluencia de partidos euroescépticos y de extrema derecha están llamando a la puerta del Parlamento Europeo. Este ha sido un problema continuo que la UE todavía no ha abordado a fondo.

Los sindicatos y las organizaciones de la sociedad civil del Comité Económico y Social Europeo llevan años pidiendo que se refuerce la participación de los ciudadanos en la elaboración de políticas de la UE, para hacer frente a esta tendencia.

Esto no se puede resolver con soluciones a corto plazo; tenemos que empezar por escuchar, realmente, lo que quieren los ciudadanos, y conseguir el progreso social y la Europa sostenible que todos, de manera desesperada, necesitamos.

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Lucie Studničná es presidenta del Grupo de los Trabajadores del Comité Económico y Social Europeo (CESE).

Póngase en contacto con nosotros en view@euronews.com para enviar propuestas o solicitudes, y formar parte de la conversación.

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