Se está convirtiendo en un hábito.
PUBLICIDAD
Se está convirtiendo en un hábito. Cuando se trata de reducir costes, las empresas optan por los despidos.
Esta lógica no se escapa al sector bancario. ING Group, el banco holandés ha anunciado el recorte de 7000 empleos, es decir, el 12% de su plantilla de 52.000 empleados, durante los próximos cinco años.
De ellos, 3.500 despidos serán en Bélgica y otros 2.300 en los Países Bajos.
En un comunicado, la entidad financiera que en 2008 se acogió a un rescate del Gobierno, explica que los despidos le permitirán ahorrar 900 millones de euros para 2021. De ellos, 800 millones se invertirán en impulsar su plataforma digital.
“Tanto los despidos como el traslado de la fuerza laboral a países de bajo coste, se han convertido en Occidente en la práctica habitual de reducir gastos en una era de tipos de interés bajos. Con tasas tan bajas, las compañías financieras tienen menos capacidad de obtener beneficios de su banca de inversión o a través de los créditos en la banca tradicional”, asegura Jasper Lawler, analista en CMC Markets.
Al igual que ING, otros bancos como Commerzbank también han optado por recortar sus plantillas. El banco alemán anunció la semana pasada 9.600 recortes.
Y en España el despido colectivo planteado por el Banco Popular supondrá la salida de entre 2.900 y 3.000 trabajadores y el cierre de 300 sucursales.