La segunda economía de Europa se ha convertido en la tercera más endeudada de la región, con una ratio endeudamiento que podría alcanzar el 122% respecto al PIB para 2030.
Los mercados europeos enviaron señales contradictorias el lunes antes de una moción de censura que probablemente hará que Francia, una de las principales economías de la UE, empiece a buscar a su quinto primer ministro en tres años.
Mientras que la renta variable se mostró sorprendentemente resistente, los bonos franceses se vieron más sacudidos por la votación anticipada, especialmente porque fue provocada por un debate sobre el presupuesto francés para el próximo año y puso de relieve un equilibrio incómodo entre la confianza del mercado a corto plazo y las preocupaciones fiscales a más largo plazo. La inestabilidad política general de Francia ha provocado subidas de los mercados en los últimos meses, en medio de la parálisis parlamentaria y las tensiones fiscales.
¿Un futuro incierto para Francia?
El primer ministro francés, François Bayrou, pidió un voto de confianza al Parlamento en un intento de vincular la supervivencia del Gobierno a la aprobación del presupuesto de 2026, pero los opositores al jefe de Gobierno centrista, como la Agrupación Nacional y el Partido Socialista, han anunciado desde entonces que votarán en su contra.
El lunes por la mañana, el índice paneuropeo STOXX 600 subió un 0,33%, mientras que el índice de referencia francés CAC 40 subió aproximadamente un 0,4%, una modesta subida que calmó los temores de agitación inmediata y probablemente significa que el próximo drama político -que se ha prolongado durante semanas y cuyo resultado final es en gran medida predecible- ya se ha descontado.
Un electorado reacio a las medidas de austeridad
"Francia se enfrenta a un electorado muy desilusionado y reacio a las medidas de austeridad, lo que dificulta enormemente la reducción del enorme déficit del país", afirmó Susannah Streeter, responsable de dinero y mercados de Hargreaves Lansdown.
El mercado de bonos envió una señal más oscura. Los costes del endeudamiento francés a largo plazo subieron a niveles nunca vistos desde 2009, reflejando el malestar de los inversores por las perspectivas fiscales del país ante un probable bloqueo político.
Los rendimientos de los bonos son un voto de confianza en un Gobierno, por lo que cuando los costes de endeudamiento a largo plazo de Francia se disparan, significa que los inversores no confían en que París pueda manejar sus finanzas en este momento.
Una deuda pública cercana al 114% del PIB
"Francia está siendo vista como el "niño más problemático" de Europa en lo que respecta a su situación fiscal. Pero son los primeros ministros los que siguen siendo expulsados por ser incapaces de domar a los legisladores díscolos e imponer la contención del gasto", prosigue Streeter.
Las repercusiones irán mucho más allá de los salones dorados del Elíseo, pues la segunda economía de la eurozona ya se encuentra en una situación fiscal delicada, con una deuda pública cercana al 114% del PIB y un déficit que ronda el 5,8%, muy por encima de las normas de la UE.
Si los rendimientos franceses siguen subiendo, la diferencia con los bonos alemanes, que son muy seguros, empezará a ampliarse, y si ese diferencial se hace demasiado grande, se corre el riesgo de una mayor inseguridad de la deuda de la eurozona.
La esperada destitución de Bayrou amplifica los temores de parálisis política y retraso en la consolidación fiscal, y podría provocar una mayor inestabilidad en el núcleo de la eurozona, ya que la UE necesita desesperadamente estabilidad monetaria para evitar las tensiones comerciales transatlánticas.