Kazajistán impulsa las energías renovables y la financiación verde con el fin de reducir emisiones y posicionarse como centro de tránsito de energías limpias en Asia Central.
Kazajistán está acelerando su transición ecológica, pero los flujos de financiación para el clima continúan siendo limitados. El carbón aún alimenta el 70% de la energía de Kazajistán, pero el país está comprometido con reducir sus emisiones en un 15% en tan solo cinco años. Se han puesto en marcha proyectos de energías renovables por valor de 8.000 millones de euros, respaldados por exenciones fiscales y contratos de 20 años con los productores, a los que se suman otros de almacenamiento. Por otro lado, el Centro Financiero Internacional de Astaná ayuda a impulsar un mercado de bonos ecológicos de 3300 millones de euros en toda Asia Central.
Al mismo tiempo, Kazajistán lidera un "Corredor Verde" de conexión eléctrica con Europa, un enlace de alta tensión que podría transportar el excedente de energía eólica y solar de toda la región, con el respaldo de socios regionales y financiación de la UE, reforzando su papel en la transición energética de Asia Central.