Japón lidera un esfuerzo internacional para ayudar a Ucrania a recuperarse de una de las secuelas de guerra más peligrosas del mundo: millones de minas terrestres que contaminan su suelo.
Tras cerca de cuatro años de conflicto, Ucrania es el país más contaminado por minas del mundo, con armas sin detonar esparcidas por casi una cuarta parte de su territorio. En Tokio, el gobierno japonés celebró la Conferencia sobre la acción antiminas en Ucrania, donde coordinó el apoyo técnico, financiero y humanitario internacional.
Motegi Toshimitsu, ministro de Asuntos Exteriores, lanzó la Iniciativa de apoyo a la acción antiminas en Ucrania y calificó el desminado de "vital para la recuperación y la reconstrucción".
La empresa japonesa Nikken Corporation ha suministrado máquinas de desminado, mientras que JICA está capacitando a oficiales ucranianos en Camboya junto con el Centro de acción antiminas de Camboya. La empresa Obara Kogyo, con sede en Tokio, está desarrollando prótesis para las víctimas, y el fabricante de drones Prodrone está probando detectores impulsados por inteligencia artificial.