La Unión Europea se ha convertido en el nuevo enemigo favorito del dueño de X. ¿Se trata sólo de negocios? ¿O se trata más bien de injerencias políticas reales?
El pasado fin de semana se produjo una nueva batalla entre la UE y Elon Musk, quien afirma que la Unión Europea debería ser "desmantelada". Suena extremo. Pero si nos fijamos en la cronología: las campanas ya llevan sonando algún tiempo.
Volvamos a julio de 2024. Musk afirmó que Bruselas le ofreció un "acuerdo secreto ilegal" para censurar la expresión. Comprobación de los hechos: Era un procedimiento de cumplimiento estándar ofrecido a todas las plataformas, pero Musk lo utilizó para inculparse a sí mismo como objetivo.
Entonces, en agosto de 2024, la Comisión Europea le envió una carta de advertencia formal para que cumpliera la legislación de la UE. En respuesta, Musk tuiteó un meme muy poco diplomático de la película 'Tropic Thunder'.
A finales del año pasado, la retórica se convirtió en acción. Dijo a los votantes alemanes que apoyaran a la ultraderechista AfD. Y luego atacó a los jueces italianos en materia de inmigración, afirmando que "tienen que irse".
La batalla actual de Musk es contra la multa de 120 millones de euros por X. No se trata de censura, sino de fraude al consumidor: vender verificación a cualquiera -incluidos bots-, bloquear activamente a los investigadores para que no vean datos públicos y ocultar quién paga realmente por los anuncios que se ven.
Dado que la sanción está muy por debajo de la multa máxima posible, debemos hacernos una pregunta: ¿Se trata realmente de negocio, o tal vez de otra cosa?