Yuja Wang se enamora de Rachmaninoff

Yuja Wang fue muy pronto reconocida como una niña prodigio. A los seis años ya tocaba el piano. Un año más tarde, dio su primer concierto. Con 31 años, la música china es una de las pianistas más reconocidas de nuestro tiempo.
En el auditorio Doelen enamoró al publico junto con la Orquesta Filarmónica de Rotterdam tocando el 4º concierto para piano de Rachmaninoff, pocas veces interpretada. Una obra que el compositor ruso revisó varias veces y cuya música para Wang "es la más sensual y apasionada" y poder tocarla, "impresionante, un regalo".
El director principal de la Filarmónica de Rotterdam, también director musical del MET neoyorkino, Yannick Nézet-Séguin, señala que "nos sorprende que haya fuerza, pero también esos momentos de ensueño, en los que todo va en la atmósfera como luciérnagas, cosas que se encienden y se desvanecen justo después. Pera mí es un concierto que esta lleno de secretos
"El segundo movimiento empieza como una introducción. Es como cuando vas a un bar de jazz de Nueva York, en realidad probablemente de Los Angeles. Hay pequeños indicios y partes de todas sus otras piezas. Así que en realidad es como una cebolla. Capa a capa, se descubre a qué se está acercando a una edad muy avanzada", explica Wang.
Son fragmentos de todo su trabajo y etapas a lo largo de su vida. Justo antes de la Revolución de Octubre, Rachmaninoff huyó a Europa Occidental y después la guerra le obligó a marchar a Estados Unidos. Este último es el mismo destino al que partió Yuja cuando solo tenía catorce años, "Visité su casa en Suiza. Fue muy inspirador. Estaba su piano, que toqué, y las fotos y todo. Ahí es donde se inspiró. Tuvo que irse durante la Segunda Guerra Mundial. Y compuso todas estas piezas cuando estaba en América. Nunca regresó y eso es algo que probablemente sabía cuando se fue. Así que es ese sentimiento de 'nunca sabes lo que te va a deparar la vida'", recuerda Wang cuyos vínculos con Rachminoff van más allá de la música.