Un nuevo mural de la Dama de la Libertad se ha hecho viral, con reacciones encontradas en Estados Unidos. Esta iniciativa se produce después de que un diputado del Parlamento Europeo pidiera a principios de año que la Estatua de la Libertad volviera a Francia.
Se ha inaugurado en Francia un mural titulado 'La protesta silenciosa de la Estatua de la Libertad', en el que se ve a la Dama de la Libertad tapándose la cara con las manos y con la antorcha sobre el pecho. La obra de la artista holandesa Judith de Leeuw tardó al parecer seis días en terminarse. Se encuentra en un edificio de la ciudad septentrional de Roubaix y se ha inaugurado justo a tiempo para las celebraciones del 4 de julio de este año.
No es casualidad, teniendo en cuenta que la obra fue diseñada para ilustrar la vergüenza que muchos sienten por las políticas de inmigración de la administración Trump y las detenciones de ciudadanos estadounidenses por parte del ICE.
La ubicación francesa tampoco es casualidad, ya que de Leeuw declaró que Roublaix fue elegido debido a su "gran población migrante." "Los valores que una vez representó la estatua -libertad, esperanza, el derecho a ser uno mismo- se han perdido para muchos", afirmó.
La Estatua de la Libertad, cuyo nombre original es La Liberté éclairant le monde (La Libertad iluminando el mundo), fue concebida por el político francés Edouard de Laboulaye y diseñada por el artista francés Auguste Bartholdi (1834-1904).
Se considera un símbolo de libertad, justicia y democracia, y fue entregado formalmente a EE.UU. en París el 4 de julio de 1880. Su inauguración oficial tuvo lugar en el puerto de Nueva York el 28 de octubre de 1886, con motivo del centenario de la Declaración de Independencia de Estados Unidos.
Desde su inauguración, el cuadro se ha hecho viral y ha sido visto por más de 18 millones de personas en X, y ha sido recogido por varios medios de comunicación estadounidenses, entre ellos 'USA Today' y 'CBS'. Los usuarios de las redes sociales tampoco han tardado en dar su opinión...
El representante de Tennessee Tim Burchett publicó en X: "Esto me repugna. Si algún país debería besarnos el culo, es Francia. Mi tío Roy luchó y murió y está enterrado allí por su libertad".
Otra cuenta pro-Trump calificó la obra de "repugnante" y otra tachó el mural de "falta de respeto flagrante hacia Estados Unidos."
Por el contrario, la pintura ha sido elogiada por muchos estadounidenses. "En caso de que te estés preguntando qué está pensando el mundo de nosotros", escribió una persona, mientras que otra afirmó: "Es una imagen increíble de cómo se sienten ahora la mayoría de los estadounidenses. Avergonzados".
"Deberían venir a llevarse a la verdadera", escribió otro usuario, añadiendo: "Ya no la merecemos". Es curioso que se mencione eso, ya que ese último comentario se hace eco de los realizados a principios de este año por el legislador francés Raphaël Glucksmann, quien sugirió que ya era hora de que la dama verde volviera a casa.
En marzo, el diputado de centro-izquierda del Parlamento Europeo presentó un argumento de peso para que la estatua regresara a Francia, afirmando que Estados Unidos ya no representa los valores que llevaron a Francia a ofrecer la estatua en primer lugar.
"Vamos a decir a los estadounidenses que han elegido ponerse del lado de los tiranos, a los estadounidenses que despidieron a investigadores por exigir libertad científica: 'Devuélvannos la Estatua de la Libertad'", dijo Glucksmann, añadiendo: "Os la regalamos, pero por lo visto la despreciáis. Así que estará bien aquí en casa".
Los comentarios de Glucksmann fueron recogidos por la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, quien contraatacó diciendo que Donald Trump "absolutamente no" devolvería la estatua regalada por Francia a Estados Unidos hace casi 140 años.
"Mi consejo a ese político francés anónimo de bajo nivel sería recordarle que es sólo gracias a los Estados Unidos de América que los franceses no están hablando alemán en este momento", dijo Leavitt. "Así que deberían estar muy agradecidos a nuestro gran país". Puede que Lady Liberty no vuelva a Francia en breve, pero eso no ha impedido a un grupo de escultores franceses tomarse la justicia por su mano.
El Atelier Missor, que se describe a sí mismo como la última fundición de Francia, anunció previamente en X que quería erigir una nueva Estatua de la Libertad... Más grande, más masculina y de titanio, "para resistir millones de años".
La iniciativa no tardó en calar en Elon Musk, que comentó: "Parece guay".
Más allá de la expectación, la financiación de este proyecto faraónico sigue sin estar clara. Atelier Missor ha admitido estar al borde de la quiebra tras un embarazoso asunto el pasado enero, cuando la fundición produjo una estatua de Juana de Arco para la ciudad de Niza. Según FranceInfo, el proyecto costó al parecer 170.000 euros, pero se anuló el contrato y se ordenó el desmantelamiento de la obra, ya que el encargo no cumplía las normas que rigen el sector público.
Este vergonzoso revés ha sembrado dudas sobre la viabilidad de su Estatua de la Libertad de titanio, que parece más bien un truco publicitario. Sin embargo, Atelier Missor publicó ayer una imagen en X, con el pie de foto: "Quizá si construimos estatuas gigantescas despertemos fuerzas telúricas. El mundo temblará y nacerá un sueño".
A la vista de la pomposidad prometeica de esa afirmación, no contenemos la respiración. Aun así, el tiempo lo dirá.