Muchos países se enfrentan a una creciente carga de la deuda, una disminución de las inversiones, un descenso de la ayuda internacional y un aumento de las barreras comerciales.
La cumbre de la ONU ha reunido a muchos de los países del mundo este lunes en Sevilla, con la notable excepción de Estados Unidos, en un intento de abordar la creciente brecha entre países ricos y pobres y tratar de conseguir los miles de millones de euros necesarios para cerrarla.
"La financiación es el motor del desarrollo. Y ahora mismo, este motor está fallando", afirmó el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, en su discurso de apertura de la reunión de cuatro días sobre Financiación para el Desarrollo celebrada en la ciudad española.
Muchos Estados se enfrentan a una creciente carga de la deuda, un descenso de las inversiones, una disminución de la ayuda internacional y un aumento de las barreras comerciales.
Una cumbre para promover el desarrollo
Los coanfitriones, la ONU y España, creen que la reunión de cuatro días es una oportunidad para cerrar el asombroso déficit de financiación anual de 4.000 millones de dólares (3.400 millones de euros) para promover el desarrollo, sacar a millones de personas de la pobreza y ayudar a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU para 2030, que van muy retrasados.
Aunque la reunión se celebra en medio de la incertidumbre económica mundial y las tensiones geopolíticas, existe la esperanza de que el mundo pueda abordar uno de los retos globales más importantes: garantizar que todas las personas tengan acceso a los alimentos, la atención sanitaria, la educación y el agua.
Según la ONU, asistieron más de 70 líderes mundiales, junto con representantes de instituciones financieras internacionales, bancos de desarrollo, organizaciones filantrópicas, el sector privado y la sociedad civil.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, dijo a los delegados que la cumbre es una oportunidad "para alzar la voz frente a quienes pretenden convencernos de que la rivalidad y la competencia marcarán el rumbo de la humanidad y de su futuro".
EE.UU. cancela su participación
En la última reunión preparatoria, el 17 de junio, Estados Unidos rechazó el documento final que habían negociado durante meses los 193 países miembros de la ONU y anunció su retirada del proceso y de la conferencia de Sevilla.
El documento del Compromiso de Sevilla, aprobado por consenso, será adoptado por los participantes en la conferencia sin cambios. En él se afirma que los delegados han acordado poner en marcha "un ambicioso paquete de reformas y acciones para cerrar el déficit de financiación con urgencia".
También se pide una recaudación fiscal mínima del 15% del producto interior bruto de un país para aumentar los recursos gubernamentales, triplicar los préstamos de los bancos multilaterales de desarrollo y aumentar la financiación privada ofreciendo incentivos para invertir en áreas críticas como las infraestructuras. Además, pide reformas para ayudar a los países a hacer frente al aumento de la deuda.
La responsable de Comercio de la ONU, Rebeca Grynspan, declaró recientemente que "el desarrollo está retrocediendo" y que la crisis mundial de la deuda se ha agravado. El año pasado, 3.300 millones de personas vivían en países que pagan más intereses por sus deudas de lo que gastan en Sanidad o Educación, y la cifra aumentará a 3.400 millones de personas este año, según Grynspan.
Y los países en desarrollo pagarán 947.000 millones de dólares (805.000 millones de euros) por el servicio de la deuda este año, frente a los 847.000 millones de dólares (720.000 millones de euros) del año pasado. El presidente de Angola, João Lourenço, en nombre del Grupo Africano en la conferencia, afirmó que el pago de la deuda "consume más recursos que los destinados a Sanidad y Educación juntos" para muchos países.
¿Por qué se retiró EE.UU. del pacto?
Aunque el diplomático estadounidense Jonathan Shrier declaró en la reunión del 17 de junio que "nuestro compromiso con la cooperación internacional y el desarrollo económico a largo plazo sigue siendo firme", afirmó que el texto "cruza muchas de nuestras líneas rojas".
Entre ellas, la injerencia en la gobernanza de las instituciones financieras internacionales, la triplicación de la capacidad anual de préstamo de los bancos multilaterales de desarrollo y las propuestas que prevén un papel para la ONU en la arquitectura de la deuda mundial.
Shrier también se opuso a las propuestas sobre comercio, fiscalidad e innovación que no se ajustan a la política estadounidense, así como a la redacción de una convención marco de la ONU sobre cooperación fiscal internacional.
Estados Unidos era el mayor donante individual de ayuda exterior del mundo antes de que la Administración Trump desmantelara su principal agencia de ayuda, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). Recortó drásticamente la financiación de la ayuda exterior, calificándola de "despilfarro" y contraria a la agenda del presidente republicano. Otros donantes occidentales también han recortado la ayuda internacional.
La desafortunada retirada de EE.UU. y el compromiso de la UE
La vicesecretaria general de la ONU, Amina Mohammed, calificó la semana pasada de "desafortunada" la retirada de Estados Unidos de la conferencia y añadió que, después de Sevilla, "volveremos a comprometernos con Estados Unidos y esperamos poder defender que formen parte del éxito de sacar a millones de personas de la pobreza".
El lunes, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, reafirmó el compromiso del bloque con la financiación del desarrollo: "Nuestro compromiso está aquí para quedarse".