El torneo, de cinco días de duración, reunió a luchadores de élite de este deporte con 1.500 años de tradición en el emblemático Royal Albert Hall. Es la segunda vez que el certamen se celebra fuera de Japón.
Después de más de tres décadas de ausencia, el ancestral deporte del sumo regresó triunfante al Royal Albert Hall de Londres, llenando las localidades agotadas con el sonido de pisotones, gritos y siglos de tradición.
El Gran Torneo de Sumo, que se celebró durante cinco días, reunió a 40 de los mejores luchadores (rikishi) y concluyó con un dramático combate final, en el que el Yokozuna Hoshoryu derrotó a Onosato Daiki y se hizo con el título de campeón.
Era la segunda vez en la historia que se celebraba un torneo de sumo de élite fuera de Japón, después de que el Royal Albert Hall lo acogiera por primera vez en 1991. Para transformar la sala de conciertos en un dohyo (ring de sumo) se acondicionó el recinto, con aseos especialmente reforzados y sillas diseñadas para soportar hasta 200 kilos. Los organizadores del evento revelaron que el mayorista al que se recurría se había quedado sin fideos debido a la cantidad pedida.
Fuera del ring, los luchadores se convirtieron en inesperadas celebridades londinenses. Los aficionados los vieron haciendo turismo por toda la ciudad, desde posar frente al Palacio de Buckingham y las Casas del Parlamento, hasta montar en bicicletas Lime, servir pintas en pubs, comer en McDonalds e incluso probar perritos calientes en el puente de Westminster.