El evento marca el regreso del antiguo deporte japonés a la capital británica, más de tres décadas después de que se celebrara por primera vez en el mismo lugar en 1991.
El torneo trae 1.500 años de tradición de sumo a Londres, con luchadores que realizan rituales y demuestran la disciplina y precisión que definen este deporte. Se espera que la competición atraiga a grandes multitudes, ofreciendo al público una rara oportunidad de presenciar el espectáculo y la ceremonia del deporte nacional de Japón fuera de su país de origen.
Los organizadores dicen que el evento tiene como objetivo celebrar el patrimonio cultural de Japón mientras promueve la comprensión del sumo más allá del ring. La exhibición combina habilidad atlética, ritual y pompa, ofreciendo una mirada a una tradición centenaria que continúa cautivando a audiencias de todo el mundo.