Muchos científicos dicen que la mejor manera de entenderlo es imaginar la atmósfera como una bañera.
Esta semana quizá oiga hablar mucho de las emisiones de CO2, pero puede que menos sobre las concentraciones de CO2 y, de hecho, si quiere comprender las implicaciones del cambio climático, es importante saber la diferencia.
Muchos científicos dicen que la mejor manera de entenderlo es imaginar la atmósfera como una bañera: las emisiones de CO2 son el agua que fluye hacia la bañera y las concentraciones de CO2, la cantidad de agua en la bañera.
Las actividades humanas como la quema de combustibles fósiles, la tala de bosques y la fabricación de cemento generan emisiones que aumentan las concentraciones.
Un gráfico del observatorio Mauna Loa, en Hawái, muestra cómo están aumentando las concentraciones de CO2.
Antes de la revolución industrial, teníamos un promedio de 280 partes por millón de dióxido de carbono en la atmósfera. En 2020 llegamos a 413 partes por millón.
La naturaleza absorbe parte del CO2, pero no puede seguir el ritmo de nuestras emisiones.
En la COP26 de Glasgow, los líderes mundiales hablarán sobre cómo alcanzar emisiones 'netas cero', es decir, dejar de llenar la bañera metafórica. Pero las concentraciones de CO2 seguirán siendo altas durante cientos de años.
Eso significa que el calentamiento global continuará incluso en un mundo neto cero. El director del Servicio de Cambio Climático de Copernicus, Carlo Buontempo, lo explica:
"Habría una inercia en el sistema y la temperatura seguirá subiendo un poco antes de bajar. Los glaciares seguirán derritiéndose y el nivel del mar seguirá subiendo y esto seguirá aumentando durante cientos de años. Es impresionante", explica Carlo Buontempo, director del Servicio de Cambio Climático de Copernicus.
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