La capital francesa debe actuar ya para evitar un "escenario de pesadilla" ante futuras olas de calor, según un informe.
Un reciente informe advierte de que París podría sufrir en el futuro temperaturas veraniegas de más de 50°C. La capital francesa es conocida por su emblemática arquitectura, pero lo cierto es que sus amplios bulevares y tejados de zinc actúan como "sumideros de calor" cuando las condiciones meteorológicas son extremas.
Según el informe, sin una rápida adaptación la ciudad podría volverse insoportablemente calurosa a mediados de siglo. De hecho, y como advirtió el diputado del Partido Verde Alexandre Florentin cuando comenzó la investigación, el calor sofocante ya es una realidad en París.
"No se trata de una profecía, ni de una intuición, ni de una hipótesis. Nos encontramos en una nueva situación climática en la que algunas personas ya están sufriendo, y que va a empeorar aún más", afirmó el diputado.
La aleccionadora investigación ha sido elaborada por un grupo multipartidista de políticos locales junto al ingeniero Franck Lirzin, autor de 'París frente al cambio climático'. ¿Cómo será la vida en París a 50°C y cómo podrá adaptarse la ciudad?
¿Cuándo alcanzará París los 50 °C?
El récord actual de temperatura de la ciudad —de 42,6ºC a la sombra— se estableció en 2019.
Según declaraciones del climatólogo Robert Vautard al periódico francés Libération, esta temperatura podría aumentar ocho grados en 2050. "Es difícil decir cuándo, pero [...] ya no se puede excluir esta posibilidad", afirmó Vautard.
Las ciudades son especialmente vulnerables a los periodos prolongados de calor. París es de media entre 2 y 3 grados Celsius más cálida que las zonas rurales circundantes. Durante las olas de calor, esta diferencia puede aumentar hasta 10 grados.
Sin embargo, el informe sugiere que en 2030 París sufrirá una media de 34 días de ola de calor, más del doble de los 14 registrados en 2008.
Para colmo, la noche no aliviará en absoluto a los sofocados habitantes de la ciudad. Se estima que en 2030 los parisinos sufrirán 35 "noches tropicales" —en las que la temperatura se mantiene por encima de los 20 grados— al año, frente a las cinco de 2008.
El día a día a 50°C
Las altas temperaturas provocan un exceso de muertes al alterar los sistemas de regulación interna del organismo.
Para hacer frente al calor extremo, sudamos. Pero esto conlleva la pérdida de líquidos y sales. Las altas temperaturas dilatan los vasos sanguíneos y provocan bajadas bruscas de la tensión arterial. En 2003, 15 000 franceses murieron durante un verano muy caluroso. En 2019, el país registró 10 000 muertes por olas de calor, y en 2022, alrededor de 3000.
Las temperaturas también causarán estragos en las infraestructuras de París. La red eléctrica sufriría apagones, y el deshielo del asfalto obligará a cerrar carreteras.
Los famosos apartamentos de París —cubiertos con tejados de zinc— podrían por su parte volverse inhabitables, ya que el zinc es un metal altamente conductor que absorbe el calor.
Cómo adaptarse a las nuevas temperaturas récord
El informe insta a los urbanistas a tomar medidas urgentes para evitar un "escenario de pesadilla". Sin la debida adaptación, la ciudad dependerá totalmente de una climatización insostenible.
París necesita invertir en espacios verdes. Además de plantar árboles y eliminar el asfalto, los edificios deben cubrirse con "vegetación vertical". Los árboles y la vegetación dan sombra y liberan humedad refrescante en el aire.
Es posible que los emblemáticos tejados de zinc de París deban sustituirse por un material más respetuoso con el calor, o pintarse de blanco. En la medida de lo posible, deben utilizarse persianas opacas y ventilación natural. Además, los nuevos edificios no deberían adoptar un estilo de "invernadero", a base de enormes hojas de cristal.
También puede ser necesario ajustar la jornada laboral para evitar que los empleados se vean obligados a salir a la calle bajo un calor abrasador. Los parisinos podrían seguir el ejemplo de sus vecinos del sur de Europa y adoptar un modelo de "siesta".
Los eventos nocturnos, por su parte, también podrían empezar más tarde, cuando la temperatura haya refrescado, y podrían existir cámaras frigoríficas comunitarias que sirvieran de refugio en momentos determinados contra el insoportable calor.