La importancia de proteger las infraestructuras marítimas que son esenciales para conectar al mundo

En colaboración con The European Commission
La importancia de proteger las infraestructuras marítimas que son esenciales para conectar al mundo
Derechos de autor euronews
Por Denis LoctierEuronews
Compartir esta noticia
Compartir esta noticiaClose Button
Copia/pega el link embed del vídeo de abajo:Copy to clipboardCopied

Las infraestructuras marítimas, que alimentan nuestros hogares y nos conectan con el mundo, se han convertido en la columna vertebral de nuestra economía moderna. Recientes incidentes en gasoductos del mar Báltico nos llevan a preguntarnos: ¿hasta qué punto son realmente seguras?

El programa Ocean nos permite descubrir la importancia de velar por la seguridad de las diferentes estructuras marinas y los cables submarinos, a través de los cuales circulan datos, que nos permiten establecer conexiones entre los diferentes países del mundo.

"Las infraestructuras marítimas, que alimentan nuestros hogares y nos conectan con el mundo, se han convertido en la columna vertebral de nuestra economía moderna. Sin embargo, las recientes explosiones en gasoductos del mar Báltico han llevado a muchos a preguntarse: ¿hasta qué punto son realmente seguros estos sistemas vitales?", señala Denis Loctier, periodista de Euronews, que ha realizado el siguiente reportaje para el programa Ocean.

Hay una emergencia en un parque eólico marino en el espacio belga del mar del Norte. Se trata solamente de una práctica, pero los acontecimientos se basan en una historia real.

Euronews
Imagen de la práctica, basada en un hecho real, llevada a cabo en equipo, en el espacio belga del mar del Norte.Euronews

"En primer lugar, queríamos poner a prueba, realmente, el hecho de que varias personas desembarquen en una de estas infraestructuras en alta mar, y supongan una posible amenaza para los parques eólicos. La segunda parte es la cooperación, la colaboración y la lucha contra las amenazas, por parte de los diferentes socios de las autoridades belgas", declara Kurt De Winter, director del Centro de Operaciones Marítimas de la Marina de Bélgica.

La práctica se inspira en un incidente real, en el que una embarcación con migrantes perdió su rumbo y se dirigió hacia un parque eólico belga.

Los centros de control en tierra llaman a los barcos que se encuentran en el mar, coordinando el rescate de los ‘migrantes’ que han quedado ‘atrapados’ en un aerogenerador marino. La situación se complica cuando unos traficantes de personas armados llevan a cabo una toma de rehenes en una de las plataformas marinas. Se pide la intervención de unidades especiales de la Policía y militares. La Marina, el Ejército, la Policía, e incluso el operador del parque eólico deben trabajar en equipo, para resolver la crisis en el mar.

"Necesitamos tener acceso a los buques industriales especializados de la zona para llegar a la plataforma marítima. Los buques de la Armada son necesarios para la coordinación y la asistencia médica, y los helicópteros proporcionan apoyo armamentístico y vigilancia desde el aire", afirma el jefe de la Unidad de Barcos de Operaciones Especiales; agente del no se facilita el nombre ni el apellido, para proteger su identidad.

Todos los años, los guardacostas de la Unión Europea realizan ejercicios conjuntos conocidos como COASTEX.

Lo que distingue a este simulacro es que se centra en las infraestructuras energéticas en alta mar. No se trata de una casualidad, ya que los parques eólicos marinos cubren el 10 % de las necesidades de electricidad de Bélgica, y se espera que esta cifra se triplique en los próximos diez años. Los parques eólicos son solamente un ejemplo de las infraestructuras marítimas esenciales, de las que Europa depende cada vez más.

"El espacio belga del mar del Norte y el canal de la Mancha son, en efecto, una encrucijada de infraestructuras vitales, no solamente en la superficie marina, sino, sobre todo, en el fondo del mar. Hablamos de cables para las comunicaciones, y también, de cables eléctricos, oleoductos y gasoductos. Son muy vulnerables a diferentes tipos de amenazas. Uno de estos peligros es el espionaje y las acciones de sabotaje, por parte del enemigo, a nuestras infraestructuras esenciales en el mar. La amenaza no es solamente hipotética, se trata de un peligro real. Lo hemos visto con el sabotaje del Nord Stream, que es, realmente, una llamada de atención a los países europeos para que protejan, cada vez más, las infraestructuras marítimas", explica Kurt De Winter.

El ejercicio concluye con la detención de los ‘traficantes’. Se restablece la seguridad del parque eólico, pero la protección de las infraestructuras esenciales, en el mar, sigue siendo un tema acuciante en toda Europa.

Los accidentes menores, como los que provocan los barcos que dañan los cables destinados a la circulación de datos, no causan muchos problemas. Pero... un fallo grave, o un ataque deliberado, podría tener graves consecuencias; sobre todo, para las islas, y otras regiones con escasa conectividad.

En Ginebra, el equipo de Euronews se reúne con el profesor Christian Bueger. Es coautor de un estudio que analiza la vulnerabilidad de los cables submarinos europeos, realizado pocos meses antes de que el incidente del Nord Stream llamara la atención de todo el mundo, sobre este asunto.

¿Ve usted un cambio de percepción, o tal vez de conciencia, respecto a las amenazas, aquí, en Europa?, pregunta el periodista Denis Loctier.

"Absolutamente. Los cables ya no son invisibles. Ahora, somos muy conscientes de que puede ocurrir un ataque como este, y de que existe la probabilidad de que vuelva a suceder en el futuro. Y, por eso, tanto la Unión Europea como la OTAN, han desarrollado algunos planes para redoblar sus esfuerzos. Gran parte de lo que se está haciendo actualmente, tiene que ver con la mejora de la vigilancia, con que comprendamos mejor lo que ocurre en el mar. Y, también, con lo que sucede bajo las aguas. Además, necesitamos una cooperación muy estrecha entre el sector, los responsables de las políticas de seguridad y los militares. Ahora bien, conseguir que todos estos actores se pongan de acuerdo sobre las mejores prácticas, sobre quién debe hacer qué, no es una tarea fácil", responde Christian Bueger, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Copenhague, y codirector de SafeSeas.

La responsabilidad de la protección y el mantenimiento de determinados cables submarinos no suele estar clara. Así, implica tareas costosas y arriesgadas, que suelen requerir el empleo de buques especializados y submarinistas profesionales.

Una posible solución para hacer frente a estos desafíos es utilizar la robótica. El Instituto de Ingeniería, Tecnología y Ciencia de Sistemas e Informática de Oporto ha desarrollado robots capaces de vigilar infraestructuras submarinas, durante largos periodos.

"Si quieres hacer esto con un buzo, necesitarás muchos buzos diferentes, porque no pueden permanecer tanto tiempo en el agua. Y, además, es peligroso. Así que, con los robots no se pone en riesgo a ningún ser humano", afirma Carlos Almeida, investigador en Robótica en el INESC TEC.

En el marco del proyecto EU-SCORES, financiado por la Unión Europea, se está probando esta tecnología en un emplazamiento experimental en el océano Atlántico. Se han diseñado dos robots que operan en tándem, vigilando parques energéticos en alta mar, cables, tuberías y otras infraestructuras submarinas.

"Este robot podría estar en un lugar determinado, prestando atención al entorno que le rodea, viendo si hay algún tipo de intrusión. Puede cambiar de posición. Por ello, si así se considera desde el punto de vista de la defensa o la seguridad, también resulta interesante que el atacante no sepa dónde está el defensor. El segundo, EVA, es un robot versátil que se utiliza para cartografiar, inspeccionar, y ayudar en las operaciones y el mantenimiento de infraestructuras en el mar; no solamente los cables, sino también, las turbinas eólicas marinas, o los convertidores de energía de la ‘fuerza’ de las olas", señala Alfredo Martins, investigador en Robótica en el INESC TEC, y profesor de Robótica en el ISEP.

Equipados con cámaras sensibles, sonares, magnetómetros y algoritmos de inteligencia artificial para identificar amenazas, estos robots podrían hacer posible un sistema de vigilancia submarina amplio y flexible.

"En el futuro, esto va a ser como el caso de los teléfonos móviles, para nosotros, hoy en día. Así que, contaríamos con las turbinas eólicas en el mar, y con una multitud de robots moviéndose alrededor, realizando su trabajo", añade Alfredo Martins.

Las infraestructuras se extienden por encima y por debajo de la superficie del mar, lo que ha convertido su protección en un reto y una necesidad, para los próximos años.

Editor de vídeo • Silvia Lizardo

Compartir esta noticia