Los tiburones de los mares europeos luchan silenciosamente por sobrevivir. Conocemos a los investigadores y voluntarios que trabajan para cambiar las perspectivas sobre estos depredadores y proteger la vida marina.
A los pies del Vesubio, en la costa occidental de Italia, se encuentra la bahía de Nápoles, famosa por la belleza de sus alrededores y la riqueza de su vida marina.
Hace unos años, la periodista e investigadora marina italiana Eleonora de Sabata, siguiendo un consejo de buzos locales, descubrió un verdadero tesoro viviente en uno de los arrecifes submarinos de la bahía.
Los huevos de tiburón, también conocidos como bolsos de sirena, son cunas de vida para algunas de las docenas de especies de tiburones que viven en el Mediterráneo. Pero los tiburones luchan silenciosamente por sobrevivir en su propio hábitat.
En las grietas de los arrecifes submarinos europeos viven tiburones nodriza, una especie inofensiva para el ser humano y crucial para el ecosistema marino. Cada uno puede identificarse por un patrón único de motas.
Eleonora asigna a cada tiburón un nombre personal. Pero sus observaciones revelan que, en lugar de aumentar, la población local de tiburones se está desplomando.
"Cuando empezamos este estudio, se podían encontrar cientos de huevos en esta zona. Ahora, diez años después, sólo hay docenas", explica Eleonora de Sabata a Ocean.
"Lamentablemente, esto es algo que ocurre en todo el Mediterráneo. No es que haya gente que capture tiburones activamente, sino que se enredan en redes y anzuelos destinados a otras especies. Y entonces cambiamos mucho su entorno. Necesitan tranquilidad, lugares donde las crías de tiburón puedan descansar, refugiarse y encontrar comida, y hemos transformado todas las zonas costeras. Así que no les va demasiado bien".
La necesidad de cambios culturales y culinarios en las percepciones
Desde la década de 1970, la población de tiburones del norte del mar Tirreno ha caído en picado en un 99 %. Sin embargo, esta crisis suele pasar desapercibida.
El Acuario de Livorno participa en el proyecto LIFE European Sharks, financiado por la UE, cuyo objetivo es educar a los europeos de todas las edades sobre los tiburones y sus parientes cercanos, las rayas. Muchos creen que la imagen siniestra de los tiburones puede estar obstaculizando los esfuerzos para su conservación.
"Estos animales necesitan pasar de la percepción negativa creada por el cine a una imagen más sostenible y centrada en el medio ambiente, que refleje el papel ecológico crucial que desempeñan en el medio ambiente", explica Giovanni Raimondi, Coordinador Científico del Acquario di Livorno.
El cambio cultural debe extenderse también a las opciones culinarias. En aguas europeas, los tiburones suelen capturarse por accidente y se consideran peces de escaso valor. Sin embargo, las capturas accidentales pueden venderse en zonas como Livorno, donde consumir carne de tiburón es una tradición.
Eleonora de Sabata, que dirige el proyecto LIFE European Sharks, trabaja con los pescadores para garantizar que se respeten las medidas de protección y que al menos los tiburones más pequeños sean liberados vivos.
Muchos restauradores se muestran comprensivos. El pescado local capturado de forma sostenible puede sustituir perfectamente a la carne de tiburón, incluso en platos tradicionales como el famoso guiso de pescado de Livorno, el cacciucco.
"Nuestro objetivo es utilizar distintos tipos de pescado, evitando intencionadamente el tiburón, para favorecer la reproducción de la especie", revela Deborah Corsi, una de las muchas chefs que participan en este proyecto europeo.
El cacciucco sin tiburones sigue siendo igual de delicioso, un paso pequeño pero significativo hacia la conservación de las poblaciones europeas de tiburones. Aún queda un largo camino por recorrer para alcanzar este objetivo.
"Es complicado invertir el declive de los tiburones en el Mediterráneo porque la única solución será detener la pesca, y eso es imposible por varias razones", afirma Eleonora de Sabata.
"Así que nuestro planteamiento es intentar centrarnos en el elemento humano y cambiar la perspectiva de los tiburones de peligrosos a en peligro. Todos y cada uno de nosotros podemos hacer algo tangible para ayudar a los tiburones a recuperarse".
Es una tarea difícil, pero hay buenas razones para esperar que, trabajando juntos, las cosas puedan mejorar.
La ciencia ciudadana ayuda a salvar a los tiburones ángel
Fuerteventura, una de las Islas Canarias, no es sólo un lugar de interés para los amantes de la playa y el submarinismo; también es uno de los últimos refugios de una especie asombrosa que solía ser común en las costas europeas: los tiburones ángel, o angelotes.
Se parecen mucho a las rayas y viven en aguas poco profundas, lo que los ha convertido en capturas accidentales de la pesca de arrastre de fondo.
"Ahora están clasificados como especie en peligro crítico de extinción, así que es lo peor que le puede pasar a una especie antes de desaparecer", explica Eva Meyers, cofundadora y codirectora del Proyecto Angel Shark.
"Pero la buena noticia es que ahora que volvemos a prestarles más atención, están empezando a aparecer de nuevo en muchos lugares, lo cual es muy emocionante. Establecimos un mapa de informes de ciencia ciudadana, para que todos los buzos que se adentraran en el agua, si veían un tiburón ángel, pudieran informarnos".
Eva Meyers dirige el Proyecto Angel Shark, un esfuerzo conjunto de grupos de investigación europeos para estudiar y salvaguardar estas especies. Gran parte de su trabajo se basa en la "ciencia ciudadana", que informa de cada encuentro con los tiburones ángel.
"Podemos decir si vimos un tiburón ángel en este punto de inmersión, a estas profundidades. Se comportaba así. Era un macho, una hembra, la temperatura del agua... es como la inteligencia de un enjambre, y podemos ayudar", explica Volker Berg, propietario de Deep Blue Diving.
"Nos informan sobre el hábitat y las amenazas", explica Eva Meyers a Ocean. "Son ellos quienes cuidan de los tiburones en sus zonas. Son los guardianes de los ángeles".
Nos sumamos al equipo del Proyecto Angel Shark para explorar uno de los hábitats locales de esta especie. El estudio de estos lugares podría revelar formas de recuperar sus poblaciones en el Atlántico nororiental y el Mediterráneo.
Trabaja con el equipo Felipe Ravina Olivares, que pasó de científico marino canario a videógrafo submarino profesional. Sus documentales son un grito de guerra a favor de la protección del medio ambiente y de la singular vida marina del archipiélago, incluidos los tiburones ángel:
"Aquí en Canarias, como no tenemos pesca de arrastre de fondo, los angelotes han conseguido sobrevivir y tenemos una población estable. Los vemos durante todo el año, desde las crías hasta los adultos, y es realmente asombroso. Estoy muy orgulloso de ello, y mi misión es concienciar sobre la importancia del angelote. Tenemos que protegerlos porque son un tesoro único en el mundo".
El equipo marca a los tiburones que encuentra para conocer mejor sus hábitats y rutas migratorias. Gracias a los datos recopilados por científicos profesionales y ciudadanos, las autoridades pueden proteger cada vez más a estos tiburones de la pesca accidental y otras amenazas.
"Tengo muchas esperanzas. Se han creado nuevas zonas protegidas en distintos lugares que sin duda van a ayudar. Así que confío en que vamos en la dirección correcta, aunque nos quedan algunos retos muy, muy difíciles por delante", concluye Eva Meyers.
La vida en nuestros mares depende de toda la biodiversidad, desde el plancton hasta los grandes depredadores. Así que hay que salvar a los tiburones para mantener la salud de los océanos.