La jirafa Benito viaja al centro de México, donde el clima se parece más al de casa.
PUBLICIDADUna jirafa llamada Benito ha emprendido un viaje de 40 horas a un clima más cálido tras una campaña de activistas a favor de los animales en México.
El domingo por la noche abandonó la frontera norte y sus extremas condiciones climáticas para dirigirse a un parque de conservación en el centro del país, donde el clima es más parecido al de su hábitat natural y donde ya viven otras jirafas.
Los grupos ecologistas habían expresado fuertes quejas sobre las condiciones a las que se enfrentaba Benito en el zoo de Central Park de Ciudad Juárez, frente a El Paso (Texas), donde el clima en verano es brutalmente caluroso y las temperaturas descienden en invierno.
Una grúa elevó con cuidado un contenedor con la jirafa hasta un camión mientras los habitantes de la ciudad se despedían de manera agridulce. Algunos activistas gritaban: "Te queremos, Benito".
"Estamos un poco tristes de que se vaya, pero también nos da mucho gusto... Las condiciones climáticas no son las adecuadas para él", asegura Flor Ortega, una joven de 23 años que lleva toda su vida visitando a la jirafa Modesto, que estuvo dos décadas en el zoo antes de morir en 2022, y luego a Benito, que llegó el pasado mayo.
El traslado no podía llegar en mejor momento, justo cuando un nuevo frente frío estaba a punto de azotar la zona.
Dos mil kilómetros hasta su nuevo hogar
Benito emprendió un viaje de 2.000 kilómetros y unas 40 horas de carretera hasta su nuevo hogar, el parque Africam Safari, en el estado de Puebla. Los visitantes recorren el parque en vehículos todoterreno para observar a los animales como si estuvieran de safari.
Un contenedor, de más de cinco metros de altura, se diseñó especialmente. La jirafa pudo familiarizarse con él durante el fin de semana, explica Frank Carlos Camacho, director del parque. La cabeza del animal asomaba por la parte superior de la gran caja de madera y metal, pero un marco permitía cubrir a Benito con una lona y aislarlo del frío, el viento y la lluvia, así como del ruido y la visión del paisaje que pasa a toda velocidad.
"La jirafa tiene unos ojos enormes y gana altura para poder buscar depredadores en la sabana; tenemos que inhibir eso para que no tenga ninguna fuente de estrés", afirma Camacho en un vídeo colgado en las redes sociales.
Dentro del contenedor hay paja, alfalfa, agua y verduras. Un equipo electrónico controla la temperatura y permite a los técnicos incluso hablar con el animal. Además, Benito está custodiado por un convoy de vehículos con agentes federales de Protección al Ambiente y de la Guardia Nacional. Camacho aseguró que todo saldrá bien, ya que lo han hecho más veces.