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La UE se ve obligada a aplacar la ira de los agricultores que protestan en toda Europa

Un agricultor lleva una camiseta con un mensaje durante una manifestación de agricultores franceses y belgas frente al Parlamento Europeo en Bruselas, miércoles, 24 ene, 202
Un agricultor lleva una camiseta con un mensaje durante una manifestación de agricultores franceses y belgas frente al Parlamento Europeo en Bruselas, miércoles, 24 ene, 202 Derechos de autor AP Photo/Virginia Mayo
Derechos de autor AP Photo/Virginia Mayo
Por Rosie Frost
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Este artículo se publicó originalmente en inglés

Los agricultores europeos, que ya están sufriendo las consecuencias de la crisis climática, denuncian políticas contradictorias, injustas y preocupantes para el futuro.

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Se han bloqueado carreteras en toda Francia, se ha arrojado estiércol y residuos agrícolas frente a oficinas públicas y se han esparcido fardos de heno por restaurantes de comida rápida.

Todo empezó el año pasado, cuando los agricultores empezaron a desatornillar las señales de tráfico y a colocarlas al revés. A veces añadían el lema "on marche sur les têtes", que significa "caminamos sobre nuestras cabezas", en referencia a como su mundo se ha puesto del revés.

Desde entonces, las protestas se han vuelto cada vez más conflictivas y el martes ocurrió una tragedia cuando una agricultora y su hija murieron y su marido resultó gravemente herido debido a un accidente de tráfico en una barricada de protesta en la región de Ariège, en el suroeste de Francia.

El mayor sindicato de agricultores de Francia, FNSEA, afirma que las protestas continuarán "esta semana y mientras sea necesario". El sindicato estudia la posibilidad de emprender acciones a escala nacional a medida que avance el movimiento.

Pero no se trata sólo de Francia. Los agricultores europeos, que ya se enfrentan a las pérdidas económicas de la crisis climática, se manifiestan en contra de unas políticas ecológicas que consideran contradictorias, injustas y preocupantes para el futuro.

¿Por qué están enfadados los agricultores franceses?

El enfado de los agricultores franceses se debe a un complicado entramado de diferentes políticas y recortes de financiación.

El gasóleo agrícola iba a encarecerse con la supresión de las subvenciones, los agricultores se enfrentaban a un aumento de 47 millones de euros anuales en las tasas por consumo de agua y afirman que la complicada normativa les ha dificultado saber lo que pueden o no pueden hacer.

También se oponen a las prohibiciones de pesticidas y herbicidas impulsadas por el Pacto Verde de la UE y a un nuevo tratado a escala comunitaria que podría suponer la importación de más carne de vacuno brasileña y argentina. Los ganaderos afirman que competir con estos países es muy difícil, ya que no están sujetos a normas estrictas sobre bienestar animal.

Otra frustración se produce al solicitar los 9.000 millones de euros anuales en subvenciones que Francia recibe de la UE. Según los agricultores, dedican al menos un día a la semana a rellenar el papeleo necesario.

Según ellos, las políticas contradictorias obligan al sector a intentar reducir el impacto ambiental de la agricultura y aumentar al mismo tiempo la producción de alimentos. Con un número cada vez menor de personas trabajando para producir los alimentos necesarios para alimentar a Francia, muchos están preocupados por el futuro.

Agricultores franceses bloquean el viaducto Hubert Touya en una autopista el martes 23 de enero de 2024 en Bayona, suroeste de Francia.
Agricultores franceses bloquean el viaducto Hubert Touya en una autopista el martes 23 de enero de 2024 en Bayona, suroeste de Francia.AP Photo/Nicolas Mollo

En diciembre, cuando el Gobierno dio marcha atrás en su proyecto de aumentar los derechos de licencia para el bombeo de aguas subterráneas y la liberación de pesticidas, se escucharon algunas de sus quejas. También se ha suspendido un aumento del precio del gasóleo derivado de la supresión de subvenciones y se ha anulado una propuesta de prohibición del controvertido herbicida glifosato, en un intento de apaciguar a los manifestantes.

Tras una reunión celebrada el lunes entre la FSEA, el nuevo Primer Ministro Gabriel Attal y el Ministro de Agricultura Marc Fesneau, el responsable del sindicato Arnaud Rousseau declaró a los medios de comunicación franceses que "no se levantarán las acciones mientras no haya decisiones concretas".

El Gobierno francés ha declarado que "ha escuchado su llamada" y el miércoles aseguró en una rueda de prensa que hará anuncios en los próximos días.

La indignación se extiende por Europa

Las protestas de los agricultores franceses se han extendido a los Países Bajos y Alemania. Todos comparten la misma preocupación por las decisiones injustas e imprevisibles de los gobiernos en materia agrícola.

El año pasado, los agricultores neerlandeses bloquearon carreteras, vertieron estiércol en las calles y protestaron frente a las casas de los políticos por la normativa para reducir las emisiones de nitrógeno.

Como uno de los mayores exportadores agrícolas del mundo, la industria es responsable de alrededor de la mitad de las emisiones totales de nitrógeno de los Países Bajos. En 2019, el más alto tribunal administrativo dictaminó que el sistema de permisos de nitrógeno no estaba logrando evitar que estas emisiones dañaran las reservas naturales especialmente protegidas conocidas como la red Natura 2000.

Fue entonces cuendo el Gobierno pronto dijo que necesitaba tomar "medidas drásticas" para rectificar la situación, incluida la compra y el cierre de explotaciones ganaderas.

Miles de manifestantes asisten a una protesta antigubernamental de organizaciones de agricultores en La Haya el pasado marzo.
Miles de manifestantes asisten a una protesta antigubernamental de organizaciones de agricultores en La Haya el pasado marzo.AP Photo/Peter Dejong

El repentino anuncio de los recortes dejó a los ganaderos con la sensación de que no se les estaba tratando de manera justa. Ya habían reducido considerablemente las emisiones de nitrógeno en los últimos 30 años y la financiación de las zonas rurales se había reducido en favor de la inversión urbana.

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Las políticas gubernamentales anteriores les habían animado a expandirse y ahora se les decía que tenían que reducir el tamaño de sus explotaciones. Las protestas llevaron a la fundación del partido político de derechas BoerBurgerBeweging (BBB), que prometió a los agricultores más voz en la política agrícola. En 2023, el BBB ganó las elecciones provinciales y, tras las elecciones al Senado, se convirtió en el partido con mayor número de escaños en el Senado holandés.

En Alemania también ha crecido el enfado por los planes de eliminar gradualmente las subvenciones a los combustibles, que suponen hasta 3.000 euros al año para una empresa media. El resentimiento a largo plazo por la injusta aplicación de las políticas medioambientales no ha hecho más que echar leña al fuego.

Los agricultores llevan saliendo a la calle desde diciembre y el lunes se les unieron en Berlín activistas ecologistas. Las calles estaban repletas de tractores.

Agricultores con tractores llegan a una protesta en el distrito gubernamental de Berlín, Alemania, 15 de enero de 2024.
Agricultores con tractores llegan a una protesta en el distrito gubernamental de Berlín, Alemania, 15 de enero de 2024.AP Photo/Ebrahim Noroozi, File

Se declaran partidarios de una agricultura ecológica y no modificada genéticamente, pero eso debe ir acompañado de subvenciones o, al menos, de un precio justo por los alimentos que producen. Es un sentimiento compartido por muchos de los que salen a la calle en toda Europa.

¿Podría ser la agricultura uno de los principales temas de las elecciones europeas?

La exasperación también ha aumentado en el este de la UE, con protestas en Polonia, Rumanía, Eslovaquia, Hungría y Bulgaria, donde los agricultores se quejan de la competencia desleal de los cereales a precios reducidos procedentes de Ucrania.

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En Rumanía y Bulgaria, los pasos fronterizos se han visto atascados por tractores y camiones. El pasado mes de abril, Polonia vio cómo dimitía su Ministro de Agricultura a causa del conflicto, aunque las nuevas subvenciones han calmado algo la situación.

Sin embargo, muchos siguen preocupados por los impuestos excesivamente altos y las normativas cada vez más estrictas. Mientras los agricultores se tambalean por el impacto de sequías, inundaciones e incendios forestales, afirman que las políticas ecológicas no hacen más que exprimirlos aún más.

Las protestas podrían extenderse en las próximas semanas, con España e Italia a punto de unirse también al movimiento. El jueves, la Comisión Europea iniciará conversaciones estratégicas con sindicatos de agricultores, empresas agrarias y expertos para apaciguar los ánimos.

Sin embargo, las tensiones no dejan de crecer y la agricultura se perfila como uno de los principales temas de debate en la UE antes de las elecciones al Parlamento Europeo de junio.

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