Mientras Sicilia se enfrenta a una de las peores sequías de las últimas décadas, la Universidad de Catania organiza una serie de actos en el marco de la Semana Verde de la UE 2024. Los científicos nos llevan de viaje en el tiempo para comprender mejor el impacto del cambio climático en la isla.
"Casi toda el agua que consumen los sicilianos procede del subsuelo", explica el profesor Sandro Privitera, geólogo de la Universidad de Catania, mientras nos adentramos en una de las muchas cuevas kársticas de la llanura de Catania.
En estas cavidades formadas en la caliza hace varios millones de años, la humedad fresca contrasta con el calor abrasador de la superficie. Gotas de agua caen de las estalactitas. Pero este fenómeno se está viendo alterado por el cambio climático.
"Normalmente, se oye el ruido de las gotas al caer, pero el agua fluye mucho menos que antes. Algunas de las rocas calizas se están fosilizando debido a la falta de lluvia", explica el arqueólogo, señalando una pared blanqueada.
Cuando salimos al horno de la Reserva Natural de Grotta Palombara -una de las siete reservas gestionadas por la Universidad de Catania-, el equipo del profesor había cortado la hierba alta para limitar el riesgo de incendio. También han plantado árboles más resistentes a la sequía. Algunas florecieron ya en enero de este año.
La vegetación de esta zona es esteparia. Las plantas son cada vez más raras. "Cuando los griegos llegaron aquí, todo estaba cubierto de árboles. Desde entonces se han talado y quemado para dejar paso a pastos y tierras de cultivo", explica el profesor Privitera.
"Poco a poco, intentamos recuperar la biodiversidad. La plantación de árboles aumenta la capacidad del suelo para retener agua, de modo que permanece húmedo y da a la vegetación más posibilidades de desarrollarse", explica el científico.
Más abajo, un arroyo es testigo de la magia de los sistemas kársticos: aunque este año casi no ha llovido en la región, el agua se desliza por un valle poblado de árboles, flores e insectos.
"El agua es oro. Es una oportunidad y un paraíso. Podemos vivir sin petróleo o sin coches, pero no sin agua. Debemos preservarla a toda costa", explica el profesor Privitera.
La Universidad de Catania, con la misión de aumentar la resistencia al agua
La Universidad de Catania ha organizado una serie de actos titulados "El futuro en gotas, el papel de las áreas protegidas en la resiliencia hídrica" como parte de la Semana Verde de la UE. La Universidad organiza visitas guiadas a reservas naturales para destacar el papel de las zonas protegidas en la mitigación del cambio climático.
En el museo de la Piazza della Università, los científicos también comparten sus puntos de vista sobre el cambio climático en Sicilia. Se expone el esqueleto de un elefante, animal que antaño habitaba los humedales de la llanura de Catania. El paquidermo, testigo de la evolución de la fauna de la región a través de los tiempos, es ahora el símbolo de la ciudad y de su Universidad.
A lo largo de los milenios se han producido grandes cambios, tanto en tierra como bajo el agua. "Los ecosistemas marinos siempre han sido resistentes y siempre se han adaptado a las variaciones ambientales", explica la profesora Rossana Sanfilippo, Jefe del Laboratorio de Paleontología y Paleoecología del Departamento de Ciencias Biológicas, Geológicas y Medioambientales de la Universidad de Catania, mientras nos muestra moluscos que hoy habitan en los océanos boreales pero cuyos fósiles abundan en aguas sicilianas.
Por el contrario, los mares sicilianos están repletos de nuevas especies procedentes de otras partes del mundo. Es el caso de un pequeño mejillón que llegó del Océano Índico a través del Canal de Suez. "Están encontrando un clima favorable porque la temperatura del mar está subiendo. Pero estas especies invasoras amenazan ahora la fauna local", explica la investigadora Emanuela Di Martino.
El profesor Barone recordó que durante el Cuaternario, hace unos 2,5 millones de años, en esta región del mundo se alternaron periodos glaciares y periodos interglaciares, con altas temperaturas.
"Pero hoy el problema es más complejo, porque al cambio climático se suma el impacto de la actividad humana. Las emisiones de gases de efecto invernadero están provocando el aumento del nivel del mar, subidas anormales de la temperatura y la acidificación del mar. Esto supone un enorme problema para muchos organismos vivos, como los corales", concluye el profesor.