Lisboa ha invertido 250 millones de € en un exhaustivo plan de drenaje que combina infraestructura a gran escala con soluciones ecológicas para reducir los riesgos de inundaciones y posicionar a la ciudad como líder europeo en resiliencia climática.
Esta no es una nueva línea de metro ni un proyecto de Elon Musk. El nuevo túnel de cinco kilómetros que conecta los distritos del norte de Lisboa con el río Tajo está diseñado para proteger a la capital de las lluvias torrenciales que se espera que afecten a Lisboa en las próximas décadas.
"Esto es único, no hay nada igual en Europa", dice el alcalde de Lisboa, Carlos Moedas, exingeniero hidráulico y excomisario europeo de Innovación, que impulsó un proyecto debatido durante décadas.
"Los políticos suelen preferir los proyectos visibles. Tuve que convencer a los habitantes de que estábamos construyendo algo invisible, pero muy, muy importante para ellos", explicó Moedas a 'Euronews'.
El 22 de julio, después de tres años de construcción, Moedas y la comisaria de Medioambiente de la UE, Jessika Roswall, celebraron la llegada de la tuneladora a Santa Apolónia, en el río Tajo, que recibe a miles de pasajeros de cruceros cada verano.
Adaptación al cambio climático
Según investigadores de la Universidad de Lisboa, los episodios de precipitaciones extremas (hasta 120 mm en 24 horas) podrían llegar a ser cinco veces más frecuentes en las próximas décadas.
En caso de tormenta, varios puntos de entrada a lo largo del túnel de cinco kilómetros podrán captar hasta 175 metros cúbicos de agua por segundo y desviarla directamente hacia el río.
Un segundo túnel de un kilómetro conectará pronto los barrios de Chelas y Beato. El alcalde argumenta que estos proyectos son rentables:
"Hace dos años, en una sola semana, Lisboa fue golpeada por dos lluvias de las que se dice que suceden «cada 100 años». La gente perdió sus casas y sus negocios. Tuvo un gran impacto en la ciudad", recuerda Moedas.
El sistema también incluye cuencas de retención y medidas de control de la contaminación para tratar las aguas pluviales. Parte de esta agua puede reutilizarse posteriormente para regar parques o limpiar las calles.
"Cuando les explico a los habitantes que reutilizar el agua de lluvia nos ahorrará millones de euros en las facturas de agua, opinan «oh, el alcalde está haciendo lo correcto»", añade Moedas.
Soluciones basadas en la naturaleza
Más allá de los túneles, el plan también emplea soluciones basadas en la naturaleza, como cuencas de infiltración y suelos permeables en varios parques y jardines de la capital.
Esta estrategia de "ciudad esponja" —recoger, almacenar y reutilizar el agua de lluvia— es el mismo modelo presentado por la Comisión Europea, que dio a conocer su nueva estrategia de resiliencia este verano.
Aun así, la financiación de dicha infraestructura sigue siendo un gran desafío para muchas ciudades, especialmente para los municipios pequeños y medianos.