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¿Puede el activismo de la imaginación ser el antídoto contra el catastrofismo climático?

Personas en el interior de The Lumisphere.
Personas en el interior de The Lumisphere. Derechos de autor  Jay Blakesber
Derechos de autor Jay Blakesber
Por Maeve Campbell
Publicado Ultima actualización
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Una nueva exposición en Río de Janeiro, Brasil, plantea si la herramienta climática más radical no es la tecnología, sino la capacidad de soñar.

Los cínicos suelen decir "lo creeré cuando lo vea".

Willy Wonka lo invirtió de forma célebre. En 'Un mundo de fantasía' (1971), su filosofía sostiene que si cree, lo verá.

No he olvidado aquella película. Los adultos del relato, padres codiciosos, reporteros cínicos y burócratas, son de mente literal. Los niños se dejan llevar por caprichos y excesos. Solo el joven Charlie, que conserva el asombro y la esperanza, supera la prueba de Wonka. Recibe un premio no solo por su virtud, sino por su capacidad de ver más allá de lo inmediato.

El mundo de Wonka se construye sobre una lógica invertida, hay que imaginar algo antes de que exista en la realidad.

Un concepto llamado 'activismo de la imaginación', acuñado por Phoebe Tickell, aplica esta misma idea para afrontar la crisis climática. El problema no es la falta de soluciones, sino la ausencia de una visión creativa y colectiva de cómo es un futuro mejor.

La imaginación como infraestructura climática

Los humanos somos naturalmente escépticos y propensos a seguir al rebaño. La evolución nos programó para cuestionar amenazas repentinas y copiar el comportamiento de quienes nos rodean. Ambas estrategias nos mantuvieron con vida en el pasado. Hoy, esos mismos instintos pueden hacernos lentos ante el cambio climático.

El activismo de la imaginación trabaja con estas tendencias, no contra ellas. Cuando vemos a otros creer y trabajar activamente por el mundo que todos deseamos, con aire limpio, mares en los que podamos nadar, naturaleza pujante y energía limpia y barata, el resto sigue y transformamos la parálisis en curiosidad.

Pensadoras como Phoebe Tickell le dan vida. Sostiene que cultivar la imaginación para visualizar lo posible no es un lujo, es esencial.

Phoebe Tickell
Phoebe Tickell Phoebe Tickell

Tickell describe la imaginación como un "músculo que se ha atrofiado" por sistemas extractivos como la educación, el capitalismo y los medios. Su trabajo se centra en reconstruir esa capacidad, colaborando con organizaciones o comunidades para orientar la cultura interna hacia la creatividad y la visión a largo plazo por encima de la eficiencia a corto plazo.

Subraya la importancia de ampliar quiénes pueden imaginar. La capacidad de soñar no debería reservarse a unos pocos, debe ser accesible para todos. Lo llama "justicia de la imaginación". Cuando las únicas historias que oímos sobre el clima son relatos de colapso, no sorprende que la gente se refugie en la desesperación.

Visualizar nos ofrece otra vía, actuar como si un resultado mejor fuera alcanzable, incluso antes de verlo.

Soñar en Río

El arte es quizá la herramienta más potente para ampliar ese sentido de lo posible.

En 2014, el artista Olafur Eliasson llevó grandes bloques de hielo de Groenlandia a plazas de ciudades como París y Londres para hacer el cambio climático tangible y experiencial. La instalación apareció después en conferencias de la ONU en los años siguientes, fue popular porque no era solo un espectáculo, confrontaba a la gente con la urgencia y también con la oportunidad.

Con la atención global puesta esta semana en la cumbre climática COP30 en Brasil, una nueva instalación está dejando huella.

Vista de la instalación The Lumisphere Experience™ Dome 2 en la plaza del Museo del Mañana, Río de Janeiro, Brasil.
Vista de la instalación The Lumisphere Experience™ Dome 2 en la plaza del Museo del Mañana, Río de Janeiro, Brasil. Rodrigo Romano/Visions2030 and Minds Over Matter

En Río de Janeiro, el Museo del Mañana es conocido como una institución cultural que explora el futuro de nuestro planeta desde la sostenibilidad, la tecnología y el impacto humano. A las puertas se encuentra un nuevo proyecto llamado 'The Lumisphere', concebido por Visions2030.

No es una exposición tradicional, es inmersiva, consta de tres cúpulas interconectadas donde proyecciones de luz, sonido envolvente y narraciones interactivas sumergen a los visitantes en un viaje multisensorial por futuros posibles.

Se llevan auriculares mientras se recorre un espacio de 360°, una experiencia particularmente intensa, algo similar a un viaje alucinógeno. Le saca del cuerpo y le conduce a un mundo literalmente efervescente.

Vista del exterior de The Lumisphere Experience™ en la plaza del Museo del Mañana, Río de Janeiro.
Vista del exterior de The Lumisphere Experience™ en la plaza del Museo del Mañana, Río de Janeiro. Leonardo Zielinsky @pizzaduleo/Visions2030 and Minds Over Matter

A medida que el visitante avanza por las cúpulas, una voz al estilo de 'El mago de Oz' retumba en sus oídos.

"Imagine un mundo donde el agua limpia brilla azul cristal, imagine la abundancia de la Tierra, delfines y estrellas de mar, tortugas gigantes, águilas pescadoras, águilas, mariposas, luciérnagas. Imagine jaguares y cebras, aves de colores deslumbrantes, con tanto para todos. Imagine ciudades con una movilidad asombrosa y energía limpia. ¿Y si la tecnología se combinara con la naturaleza para hacer mágicos los espacios urbanos?".

Claro, al anhelar un Edén imaginado de aire limpio y océanos salvajes, a menudo pensamos en un mundo sin gente, una Tierra depurada de su desorden humano. Pero el reto es imaginar un futuro que nos incluya a nosotros, humanos imperfectos, creativos y tecnológicos, viviendo de otra manera, no desapareciendo.

'The Lumisphere' invita a los visitantes a imaginar cómo sería y se sentiría un planeta próspero para nosotros, y luego les propone reflexionar sobre qué decisiones podrían convertir esas visiones en realidad.

Vista de la instalación The Lumisphere Experience™ Dome 1 en la plaza del Museo del Mañana, Río de Janeiro, Brasil.
Vista de la instalación The Lumisphere Experience™ Dome 1 en la plaza del Museo del Mañana, Río de Janeiro, Brasil. Rodrigo Romano/Visions2030 and Minds Over Matter

El equipo del proyecto incluso colaboró con el Institute for the Future (IFTF) para medir el impacto de la instalación en la imaginación pública, la capacidad de acción y la confianza. Los resultados preliminares muestran que la experiencia dejó a los visitantes más seguros sobre el futuro. El tiempo dirá si este optimismo se mantiene en distintas geografías, ya que 'The Lumisphere' está apenas al comienzo de una gira mundial de cinco años.

Más allá de la utopía

Escritores como Rebecca Solnit o George Monbiot podrían presentar el activismo de la imaginación como pensamiento ilusorio.

Monbiot ha escrito que el problema de ciertas narrativas ambientales es que calman en lugar de movilizar, ofrecen "alivio emocional en vez de cambio político". Pide "conversaciones adultas" sobre poder y responsabilidad, no mensajes sentimentales de "amar la Tierra".

Por su parte, en uno de los ensayos de Solnit, advierte que la esperanza y la imaginación deben ser activas, no ingenuas ni escapistas. No critica la imaginación en sí, pero alerta contra la "falsa esperanza".

En 'Un mundo de fantasía', Charlie gana porque se atreve a creer, y eso es, en última instancia, lo que plantea el activismo de la imaginación.

Carey Lovelace es la creadora y fundadora de Visions2030. Me dice que su objetivo es "reactivar la capacidad humana de soñar", y añade "una herramienta radical y discreta en el arsenal del activismo climático es la imaginación. Tener un sueño es muy motivador".

Su colega Fabio Scarano, comisario en el Museo del Mañana, coincide.

"La crisis de imaginación es la columna vertebral de todas las crisis, climática, económica y humanitaria. Nos cuesta muchísimo imaginar futuros distintos del presente, y es porque no tenemos mejores imágenes que nos ayuden".

La instalación sintoniza con una constatación creciente entre los activistas climáticos, que la política por sí sola no basta para lograr cambios. Ofrece un espacio cultural donde ensayar distintas posibilidades antes de que existan.

En Brasil, donde la política climática es ya central tanto para la identidad nacional como para las negociaciones globales, ese ensayo se siente especialmente urgente.

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