Los zifios de dientes de ginkgo han sido durante mucho tiempo un misterio, pero un avistamiento sin precedentes podría cambiarlo pronto.
Tras años de búsquedas infructuosas, por fin se ha avistado en libertad a uno de los cetáceos más raros del planeta.
La carrera por encontrar a los esquivos zifios de dientes de ginkgo comenzó en 2020, cuando los científicos registraron sonidos agudos frente al noroeste de Baja California, en México.
Conocidos como pulsos de ecolocalización, o 'ver con el sonido', estos sonidos los emiten los animales para orientarse y buscar alimento en la oscuridad.
Sin embargo, no fue hasta el año pasado cuando los investigadores vieron de pronto lo que parecían dos zifios juveniles rompiendo la superficie.
Un hallazgo relevante
Identificados a partir de una biopsia (un pequeño fragmento de piel extraído de una ballena con una ballesta modificada para su identificación), el equipo comprobó que estaba ante dos zifios de dientes de ginkgo, el primer avistamiento de esta especie viva en libertad.
Hasta entonces, la única prueba de que existían procedía de un par de ejemplares muertos que habían aparecido varados en Japón.
Elizabeth Henderson, coeditora de 'Aquatic Mammals', cuenta a Euronews Green que fue un hallazgo de calado, posible gracias a unas condiciones meteorológicas perfectas y a estar en el lugar adecuado en el momento oportuno.
Y añade: "Cuando intentas encontrar una ballena que nunca antes se ha visto viva en libertad y, por tanto, en realidad no sabes dónde buscarla, la búsqueda es aún más difícil".
¿Por qué es tan difícil ver a los zifios de dientes de ginkgo?
Los zifios son los mamíferos que bucean a mayor profundidad del planeta y pasan la mayor parte de su vida en las profundidades del océano.
Solo suben a respirar unos pocos minutos cada vez y se asustan con facilidad de las embarcaciones y de los sónares militares.
Ese comportamiento críptico es lo que mantiene a los zifios rodeados de misterio, pero los avances en la investigación acústica y en las tecnologías de marcaje han aumentado enormemente el conocimiento científico sobre estas especies.
"Ahora se sabe que cada especie parece emitir su propio pulso de ecolocalización, único, modulado en frecuencia (FM) y ascendente", señala el estudio.
"Una vez identificado el pulso de ecolocalización de una especie, pueden aplicarse métodos de seguimiento acústico pasivo para conocer mejor sus patrones de presencia, distribución, abundancia relativa y uso del hábitat".
Henderson añade que, al confirmar que los zifios de dientes de ginkgo utilizan el hábitat frente a la costa oeste de Norteamérica, los investigadores han duplicado prácticamente su distribución conocida por el Pacífico norte.
Cómo estuvo a punto de fracasar la expedición
Se calcula que durante toda la expedición se avistaron brevemente seis animales, entre ellos al menos una pareja madre-cría y dos de tamaño adulto, pero solo se identificaron cinco.
Sin embargo, la misión estuvo a punto de verse frustrada por un albatros salvaje que intentó picotear la biopsia.
Por suerte, la tripulación consiguió distraer al ave arrojando al agua los panecillos del desayuno y recuperó después la biopsia con una embarcación pequeña.