Un año después de la adopción de la directiva europea actualizada sobre delitos medioambientales, 'Euronews' hace balance con el teniente coronel Ondrej Koporec, investigador medioambiental eslovaco y presidente de la red europea EnviCrimeNet.
Euronews: ¿Cómo ha evolucionado la lucha contra los delitos medioambientales en Eslovaquia en los últimos años?
Ondrej Koporec: Cuando empecé a trabajar en delitos medioambientales en 2007, la conciencia sobre estos delitos era extremadamente baja. La mayor parte de la detección e investigación estaba en manos de los departamentos de policía de distrito y regionales, que carecían de la experiencia y las capacidades técnicas necesarias. A lo largo de los años, hemos ido ampliando progresivamente nuestro ámbito de actuación, al reconocer la creciente amenaza que suponen los delitos relacionados con los residuos. Los países de Europa del Este suelen recibir envíos ilegales de residuos procedentes de otras partes de Europa, lo que causa daños significativos tanto al medio ambiente como a la salud humana. En la actualidad, Eslovaquia cuenta con una unidad de represión especializada capaz de identificar redes delictivas e interceptar de manera eficaz no sólo los traslados ilegales de residuos, sino también otros delitos medioambientales.
¿Cómo avanza la situación en el resto de Europa?
Existen diferencias significativas entre los Estados miembros de la UE. Por un lado, hay países como España e Italia, donde miles de agentes están especializados exclusivamente en delitos medioambientales. Por otro lado, hay países que casi no tienen expertos en este campo. Esto supone un gran reto para la aplicación de la ley, ya que los delincuentes pueden identificar los países con menores niveles de control y trasladar allí sus actividades principales.
¿Cuál es la prioridad según EnviCrimeNet?
EnviCrimeNet es una red de especialistas en delitos medioambientales de fuerzas policiales, aduanas y otras autoridades estatales implicadas en investigaciones criminales. Nuestro objetivo principal es aumentar la conciencia sobre la lucha contra los delitos medioambientales, la necesidad de cooperación internacional y el intercambio de buenas prácticas para reforzar los esfuerzos colectivos, así como la importancia de la especialización. Una vez que los agentes forman parte de una unidad especializada, pueden mejorar su pericia, aprender unos de otros y compartir sus conocimientos dentro del equipo. Esto les ayuda a investigar con mayor eficacia, lo que conduce a resultados más rápidos y efectivos.
La UE ha actualizado su directiva sobre delitos medioambientales. ¿Qué cambiará esto en la práctica?
Tenemos grandes expectativas con la nueva directiva, ya que la anterior se centraba en incorporar los delitos medioambientales a los códigos penales, pero no creó las condiciones necesarias para la implicación de las fuerzas del orden. La nueva directiva pretende establecer un sistema que funcione eficazmente para hacer frente a estos delitos. Gracias a este instrumento, también podremos conocer mejor la verdadera magnitud de los delitos medioambientales. Actualmente, nuestras estadísticas sólo reflejan el nivel de actividad policial. Es como en la medicina: si no hay un especialista para una enfermedad concreta, nunca aparecerá en las estadísticas, porque los médicos no podrán detectarla. Lo mismo ocurre con los delitos medioambientales. Sin expertos, no habrá casos.
¿Estamos en el buen camino para eliminar estos delitos?
Los autores de delitos medioambientales no son como otros grupos de delincuencia organizada, que están decididos a continuar sus actividades a pesar de los riesgos de ser detectados y castigados. En muchos casos, se trata de ciudadanos de a pie, directivos de empresas legítimas que realizan actividades ilegales porque creen que no se les va a detectar. Si establecemos un sistema capaz de detectar estas actividades ilegales y condenar a sus autores, su motivación disminuirá significativamente, junto con el impacto sobre el medio ambiente.