El objetivo es poner a prueba la capacidad de la OTAN para restaurar la soberanía de una aliado, en caso de agresión.
PUBLICIDAD50.000 soldados, 35 buques de guerra, 250 aviones y 10.000 vehículos. La OTAN está llevando a cabo las mayores maniobras militares de su historia desde la Guerra Fría.
El enemigo es ficticio. Pero a nadie se le escapa que se desarrollan en Noruega, no demasiado lejos de Rusia. Y que las relaciones con Moscú pasan por horas bajas.
Aunque el Kremlin está siendo informado. "Rusia observará el ejercicio, porque no tenemos nada que ocultar", explica Jens Stoltenberg, secretario general de la Alianza Atlántica. "Este ejercicio no está dirigido contra ningún país específico, el objetivo es asegurarnos de que la OTAN mantiene su capacidad disuasoria para evitar conflictos".
Con estas maniobras la OTAN pone a prueba su capacidad para restaurar la soberanía de sus estados miembros, en caso de agresión. Y envía un mesaje a cualquier potencial enemigo. Aunque insiste en que no quiere una nueva carrera armamentística.
"Tenemos que poder operar desde el sur hacia el norte y desde el este hacia el oeste. Tenemos que proteger a todos los aliados", explica Stoltenberg. "No queremos una nueva carrera de armamentos, no queremos una nueva Guerra Fría. Pero tenemos que asegurarnos de que nadie pueda creer que la OTAN no puede proteger a sus aliados y, por lo tanto, tenemos que realizar este tipo de ejercicios".
Pero el tratado para eliminar las armas nucleares de corto medio y medio alcance (INF) está siendo cuestionado. Acusan a Moscú de haberlo violado y Estado Unidos amenaza con retirarse del mismo. Mientras, los ejercicios militares en la zona, se multiplican.
Nuestro corresponsal, Andrei Beketov, explica que "Rusia ha expresado su preocupación por estas maniobras y que ya ha notificado a la OTAN que va a realizar sus propios lanzamientos de misiles desde el mar en la misma zona".